logo
MyWebStudies - Página de inicio
INGRESAR

REGISTRARSE
Buscador

Sentimientos de desesperación - coaching vida

mywebstudies.com

PorMyWebStudies

2024-04-05
Sentimientos de desesperación - coaching vida


Sentimientos de desesperación - coaching vida

La desesperación es una sensación de angustia que surge por la impaciencia de ver cómo se resuelve una situación específica. Es bastante común sentir desesperación cuando no obtenemos resultados tan rápido como deseamos, lo que refleja un mal manejo de nuestras emociones. Este sentimiento puede afectar significativamente nuestro estado de ánimo, provocando estrés, ansiedad, agobio y tristeza, entre otros. Por ello, aprender a gestionar la desesperación es esencial para mantener nuestra estabilidad emocional y personal.

Durante la presente guía estaremos abordando algunos de los factores básicos que giran en torno a la sensación de desesperación y cómo aprender a trabajar en ella para prevenir al máximo la aparición de efectos negativos asociados a esta.

Fuentes de la desesperación

Como se ha mencionado previamente, la ansiedad se asocia a la urgencia de satisfacer una necesidad que sentimos por ver materializarse alguna situación en concreto. Por lo general, esta necesidad proviene de dos fuentes principales: situaciones que escapan a nuestro control, que no dependen de nosotros, ya sea porque están asociadas a factores externos a nuestra voluntad o porque demandan un tiempo mínimo necesario para que puedan desarrollarse.

Una fuente habitual de desesperación son las circunstancias en las que efectivamente podemos intervenir pero que no hemos tenido la voluntad suficiente como para trabajar de forma consistente en ellas. La desesperación que se origina de esta fuente responde a un mal manejo de nuestras energías o una mala mentalización de nuestra parte, ya que aunque nos sentimos agobiados por no haber concretado algún aspecto en específico, no estamos dispuestos a dar todo de nuestra parte por lograrlo.

Situaciones que escapan a nuestro control

La desesperación que viene de la incapacidad de concretar situaciones que escapan a nuestro control depende exclusivamente de nuestra capacidad para controlar nuestras emociones. Si somos capaces de detectar que una situación es ajena a nuestro dominio y que no podemos acelerarla, aunque tengamos la voluntad para ello, lo más coherente sería trabajar en nuestra calma y tranquilidad mental para esperar a que las cosas vayan surgiendo de la forma en que deseamos.

Con situaciones fuera de nuestras manos, hay poco que se puede hacer, solo queda esforzarnos en nuestra inteligencia emocional, enfocándonos en otros aspectos y evitando estar tan al pendiente de estas situaciones hasta que llegue el momento indicado.

Situaciones en las que sí podemos intervenir

Como ya mencionamos, otro conjunto de problemas que generan desesperación son aquellas situaciones en las que sí podemos intervenir para que se materialicen lo antes posible. Lo que sucede en este caso es que nos encontramos ante el impacto de diversos fenómenos como el estrés o la ansiedad, lo cual conlleva a que nos paralicemos en vez de ponernos a actuar con fuerza para solucionar los problemas que tenemos.

Mientras más tiempo dure la parálisis de nuestros actos, más propensos estamos a que siga aumentando la desesperación que tenemos por ver concretadas las situaciones que nos atormentan. La mejor manera de deshacernos de la desesperación que proviene de esta fuente es empezar a implicarnos en el trabajo activo por solucionar lo antes posible estas situaciones. Desde el justo momento en que comenzamos a implicarnos de forma consciente en acelerar los procesos que nos angustian, empezaremos a percibir cómo la desesperación va desapareciendo progresivamente.

Casi toda la ansiedad que se origina ante la no concreción de una situación determinada responde al estrés generado por no estar trabajando en ello como deberíamos. Debemos ser coherentes entre nuestros deseos y nuestras acciones: no basta con querer que se solucione algo, si podemos apoyar para que los resultados sean percibidos de forma más rápida, no debemos dudar en hacerlo.