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Familias con ausencia parental - educar hijos responsables

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PorMyWebStudies

2024-04-05
Familias con ausencia parental - educar hijos responsables


Familias con ausencia parental - educar hijos responsables

En casi todos los países del mundo, se está tomando conciencia de que el número de familias con la presencia física de ambos progenitores es cada vez menor, y resulta aún más alarmante que los expertos predicen que este modelo familiar será cada vez más raro. Por lo tanto, es fundamental asumir que queda mucho por hacer en términos de concienciar a las personas sobre la maternidad y la paternidad responsables. De lo contrario, el número de niños que crecerán sin el apoyo emocional adecuado tendrá repercusiones negativas no solo para ellos, sino para la sociedad en su conjunto.

Cuestión de responsabilidad

Algunas personas piensan que en la crianza de los hijos, lo material es más importante que el aspecto afectivo. Por ello, cuando los padres, por diversas razones, dejan el cuidado de sus hijos en manos de los abuelos, lo cual es bastante común, o de tíos o niñeras, aunque el niño sea bien cuidado por estas personas, siempre sentirá el vacío del amor insustituible de sus padres biológicos, a quienes los estudiosos del tema denominan padres ausentes. Muchas veces, estos padres y madres ausentes están realmente forzados por circunstancias insalvables que los separan de sus hijos. Sin embargo, existen padres que, tras la finalización de la relación sentimental, también se distancian de su hijo. Solo aquellos que poseen sensibilidad, madurez y amor logran hacer los ajustes necesarios en su rutina para ofrecer el valioso apoyo presencial que proporciona orientación, afecto y valores en la vida de sus hijos.

Maneras de estar ausente

Hay un tipo de padre que, al finalizar la relación con la madre de su hijo, desaparece por completo de la vida del niño, ignorando incluso sus deberes elementales de manutención. Este padre elige no ver ni saber de la existencia del niño, renunciando totalmente a su paternidad.

Otros padres ausentes sí desean ejercer su paternidad, pero son apartados de los hijos por la madre, quien, a veces de manera inconsciente o imitando el comportamiento de otras madres, no da el valor necesario a la figura paterna y adopta actitudes egoístas que perjudican el desarrollo futuro de los hijos.

El padre ausente desconocido o desaparecido puede aparecer en casos de embarazos adolescentes, donde el joven, al enterarse del embarazo, reacciona por miedo o irresponsabilidad y se desentiende por completo. En su vida adulta, puede desear conocer a su hijo o hija y ofrecerle afecto.

También hay padres ausentes involuntarios, que se pueden clasificar en dos grupos:

  • Algunos padres están presentes físicamente, pero su inmadurez les impide interactuar y desempeñar su rol como padres, educando y guiando a sus hijos. Se les asocia con el síndrome de Peter Pan, donde el adulto nunca crece y siempre actúa como un niño.
  • Otros padres, debido a sus profesiones, están ausentes del hogar durante largos periodos o temporadas para satisfacer las necesidades de la familia. Este tipo de padres es común en algunos países donde la precariedad económica los lleva a aceptar oportunidades laborales en lugares lejanos para brindar una mejor calidad de vida a sus hijos.

El costo psicológico

Quienes han tenido el privilegio de crecer junto a sus padres nunca podrán medir el profundo dolor que causa la ausencia de estos durante la infancia. La sensación de desamparo y la falta de orientación adecuada son solo una pequeña parte del precio a pagar. Crecer con esta experiencia dificulta la adaptación de los futuros adultos a la sociedad, generando baja autoestima y dificultades para identificarse con figuras de autoridad.

El costo psicológico también se manifiesta en actitudes impulsivas, estados de ansiedad, estrés y comportamientos agresivos. No saber cómo manejar la tristeza por la ausencia del padre o la madre puede llevar a estados depresivos y conductas antisociales. Ningún bien material puede compararse con el valor de crecer junto a los padres biológicos, quienes, a través de su cuidado amoroso, proporcionan una base sólida para una vida adulta plena y feliz.