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Ambiente familiar. comparación de tipos de familia

2024-04-05

Aunque algunos dicen que los hijos se parecen más a su tiempo que a sus padres, la realidad demuestra que el ambiente en que crece un niño modela su personalidad futura, pues al aprender imitando a los mayores que le rodean, los niños adquieren una manera de relacionarse y de vivir que responde a esos patrones éticos, culturales y sociales, de manera que al llegar a la vida adulta, expresará, inconscientemente, cómo es el entorno donde creció y tendrá que hacer los ajustes necesarios para elegir desde qué comportamientos hará su contribución al mundo.

El ambiente que nos define

Al crecer imitando a las personas con las que vive, todo niño desarrolla comportamientos que definen su conducta futura. Por eso, inevitablemente, las personas que dirigen grupos de trabajo tienen una percepción bastante acertada del ambiente donde creció alguien que llega a su colectivo, pues esto les permite ubicarle en puestos afines a su personalidad, garantizando así un rendimiento laboral óptimo, ya que la mayoría de las veces, la dinámica laboral exige que el empleado sea respetuoso de las normas y al mismo tiempo, resolutivo para brindar un aporte valioso.

Tanto las autoridades del orden público, como agencias empleadoras y hasta especialistas en medicina necesitan tener conocimientos básicos de los diferentes ambientes familiares para poder asumir exitosamente los desafíos que desde sus respectivos campos de trabajo se les presentan a diario, sabiendo que el recurso humano es el bien más preciado de toda sociedad.

Diferentes ambientes familiares

A grandes rasgos, podría definirse a un joven tímido, indeciso, con tendencia a cumplir las órdenes de manera sumisa como el fruto de un ambiente de crianza autoritario donde los niños crecen sujetos a patrones de obediencia total, sin tener nunca la opción de decidir ni exponer sus ideas, llegando a considerarse a sí mismos como personas poco valiosas e incapaces, porque esos ambientes autoritarios en busca del respeto necesario anulan la singularidad que define a cada persona.

Pero, en ocasiones, estos ambientes de crianza autoritarios al educar a los niños de manera rígida y poco cariñosa, generan adultos rebeldes, que al rebelarse con la sociedad buscan aliviar la sensación de atropello y maltrato que sufrieron de niños. A menudo son adultos depresivos, dependientes de sustancias nocivas e irrespetuosos con todo orden y figuras de autoridad, teniendo dificultades para las relaciones interpersonales y de tipo afectivo, pues no recibieron esas habilidades en su infancia.

Conscientes de que el amor es el principal ingrediente en la crianza de los hijos, existen padres que desarrollan un ambiente de crianza donde el amor predomina sobre el orden y la disciplina. Estos padres permisivos aman a sus hijos de tal manera que no logran transmitirles valores como el esfuerzo, la responsabilidad, la gratificación retardada, el respeto a las normas y límites, y generan, al final, adultos egoístas, inconformes e incapaces de adaptarse a entornos donde hay reglas que cumplir. Al recibir de sus padres total libertad para actuar mientras crecían, su sentido de independencia muchas veces les impide establecer relaciones interpersonales positivas. Son adultos que saben expresar el afecto y el amor, lo cual favorece las relaciones de tipo sentimental; sin embargo, su comportamiento caprichoso y consentido muchas veces destruye sus relaciones de pareja porque son exigentes y hasta agresivos cuando no obtienen lo que quieren.

El ambiente familiar, como todo en la vida, está sujeto a cambios, pero a veces estos cambios suponen un giro crítico en la dinámica familiar, y al ser los más vulnerables por su corta edad y desconocimiento del mundo, son los niños los más afectados por estos cambios, que van desde ausencias temporales de los padres hasta las definitivas, provocando que los hijos crezcan al cuidado de terceras personas que, aunque les satisfacen sus necesidades más elementales (y puede ser que hasta brinden afecto), no pueden sustituir la orientación efectiva de los padres biológicos.

En estos ambientes de crianza con padres no involucrados o ausentes, los niños generalmente tienen un bajo rendimiento escolar que termina con el abandono de los estudios y esto reduce sus opciones de aprender habilidades y conocimientos útiles para su vida adulta. Unido a esto, pueden ser adultos que padecen depresión y también una autoestima dañada por la angustia provocada por la ausencia de los padres. Estos hijos de padres no involucrados se relacionan con dificultad y les cuesta trabajo confiar y relacionarse con los demás; manifestando a veces falta de identidad definida, egoísmo y poco optimismo, que es una cualidad movilizadora de acciones para lograr el avance personal en la vida, y por eso, resulta muy positivo cultivar esa manera de ser desde la infancia.

Conscientes de lo valioso que es el optimismo, unido al sentido de la responsabilidad y a la capacidad de expresarse y tomar decisiones, los padres que fomentan un ambiente de crianza nutritivo o saludable educan a sus hijos con mucho amor y dedicación, pasando junto a ellos el mayor tiempo posible para disfrutar de una comunicación donde todos los miembros de la familia se enriquecen, pues intercambian conocimiento y vivencias útiles a todos.



Importancia de un ambiente saludable

El ambiente familiar saludable es el más adecuado para que los hijos adquieran los conocimientos y habilidades que necesitarán en su futura vida de adultos. Estos hogares aportan a sus hijos una experiencia inolvidable, pues predomina en ellos la comprensión, el apoyo incondicional y el afecto, sin descuidar los límites y la disciplina que se necesita para crecer con respeto y responsabilidad. En este ambiente saludable, los niños crecen sanos tanto física como emocionalmente y crea en ellos, al crecer, el deseo de formar familias similares, pues sienten que han recibido una formación integral que los hace ser adultos exitosos que pueden asumir sin temor alguno todos los retos que la vida traiga ante ellos, saliendo fortalecidos en ese proceso de mejora continua y sintiendo el apoyo incondicional de su grupo familiar, pues este tipo de familia mantiene de por vida fuertes lazos de comunicación y afecto.