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Dificultad de las tareas de estudios

2024-04-05

Cuando planificamos nuestro estudio, atendemos a las tareas que debemos realizar con más urgencia. En un primer orden lógico, resulta coherente comenzar por aquellas que debemos entregar con mayor prontitud, por ser las que más presión ejercen sobre nosotros, pero dentro del orden de trabajo siempre nos encontramos con la problemática de decidir si debemos empezar por las tareas más difíciles o las más sencillas.

Respecto a este tema contamos con mucha información al respecto, generalmente sustentada por criterios basados en la experiencia del que lo emite o el gusto personal de este. Con la presente guía pretendemos aportar un punto de vista más individualizador al respecto, de forma tal que cuentes con los elementos necesarios para decidir por ti mismo qué te resulta más conveniente, si empezar por las tareas sencillas o por las más complejas.

Gasto de energía

Cada tarea que realizamos durante el día supone un gasto de energía para nuestro cuerpo, es por ello que decidir si empezar por lo sencillo o por lo complejo puede resultar muy determinante en el fin de lograr completar con todo lo propuesto para el día.

Consideramos que el gasto de energía es el factor clave a la hora de tomar esta decisión. Hay tareas que resultarán extremadamente agobiante mientras que otras son más mecánicas y no exigen que estemos a plena capacidad para ejecutarlas. El problema se agudiza con las tareas que se encuentran en un intermedio de dificultad de las antes mencionadas, donde si bien no son de las más difíciles, sí presentan cierta dificultad y tomarán algunas horas de nuestro tiempo.

Clasifica las tareas por su grado de dificultad

Te recomendamos que una vez tengas bien definidas las tareas que debes completar en el día, procedas a clasificarlas según su grado de dificultad. Para ello proponemos agruparlas en tres grupos. Tareas de dificultad alta, tareas de dificultad media y tareas de dificultad baja.

Tareas de dificultad alta: Requieren mucho esfuerzo de nuestra parte, son tareas que exigen estar en nuestra máxima capacidad para ejecutarlas, tomarán muchas horas para terminarlas y ocuparán gran parte de nuestra energía.

Tareas de dificultad media: Son tareas que requieren de bastante tiempo para terminarlas, no son tan agotadoras, parte de su desarrollo es mecánico y no exige el máximo de nuestra capacidad, ocupan parte de nuestra energía pero podemos recuperarnos después de un breve descanso.

Tareas de dificultad baja: Son tareas muy sencillas, en ocasiones toman solo unos minutos, no ocupan mucha de nuestra energía, son generalmente mecánicas por lo que no exige que nos encontremos a plena capacidad.

Ejecuta en este orden

Para los supuestos en que tengas tareas de dificultad alta y de dificultad media:

  • Consideramos conveniente empezar por la tarea de dificultad media, esto teniendo en cuenta que si bien supondrá un esfuerzo considerable, te resultará más fácil recuperarte de esta tarea y comenzar con la de dificultad alta luego. En caso de comenzar con la de dificultad alta primero, podrías agotarte demasiado como para continuar luego con la de dificultad media.
  • Aquí se sigue con la idea de garantizar el cumplimiento de ambas tareas, siendo esta la forma más coherente de distribuir la energía.

Para los supuestos en que tengas tareas de dificultad media o alta, combinadas con tareas de dificultad baja:

  • Prioriza el cumplimiento de las actividades de dificultad alta o media según corresponda y luego procede a realizar las actividades de dificultad baja. Teniendo en cuenta la sencillez de las actividades de dificultad baja, es mejor aprovechar los momentos de mayor energía y concentración en las actividades más complejas, ya que las otras pueden ser ejecutadas de manera fácil, independientemente de nuestro estado físico y mental.

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