La mentalidad en el ámbito académico - tecnicas estudio

Al principio, cuando mencionamos la mentalidad para estudiar, puede parecer un tema sin mayor relevancia, ya que solemos restar importancia a aquellos aspectos más abstractos que no percibimos con nuestros sentidos. Sabemos bien que estudiar es clave para aprobar un examen, pero cuando hablamos de la influencia de una mentalidad adecuada, surgen muchas dudas.

Sin embargo, la mentalidad no es tan abstracta como parece, al igual que no lo son los problemas mentales, la depresión o los trastornos cognitivos. Estos temas tienen una base científica y son abordados por expertos. Si no fuera así, tendríamos que preguntarnos por qué un equipo de fútbol cuenta con un psicólogo y dedica tiempo a trabajar en la mentalidad de los jugadores, en lugar de entrenar físicamente, que en apariencia es lo único que influye en los resultados del partido.

En este sentido, dedicaremos las siguientes líneas a explorar la importancia de la mentalidad para cualquier estudiante, ofreciendo una visión general sobre el tema.

Mentalidad fija

Como mencionamos, la mentalidad ha sido objeto de estudio en diversas ciencias como la psicología y la neurociencia. Existen diferentes maneras de clasificar los estados mentales, y entre las más reconocidas se encuentran la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento.

La mentalidad fija se caracteriza por la creencia de que nuestras habilidades y capacidades están determinadas desde el nacimiento y que no podemos desarrollarlas más allá de ciertos límites. Esta forma de pensar es perjudicial, ya que nos hace caer en expresiones como “era inevitable” o “no hay nada más que hacer”. Genera una visión determinista, donde la persona cree que no puede cambiar su realidad. Frases como "nací pobre y no puedo salir de ahí" o "no soy bueno en matemáticas" son típicas de esta mentalidad.

Esta forma de pensar nos hace enfocarnos en los problemas en lugar de buscar soluciones. Es la mentalidad más fácil de adoptar, ya que requiere menos esfuerzo mental aceptar una situación que pensar en cómo resolverla. Las personas con una mentalidad fija tienden a quedarse estancadas, avanzan poco y son pasivas ante los desafíos. Son expertas en resignarse ante la derrota.

Mentalidad progresiva

La mentalidad progresiva, en cambio, es opuesta a la mentalidad fija. Tener una mentalidad de progreso significa reconocer que somos los constructores de nuestra propia realidad, y que aunque el fracaso sea parte del proceso, mientras más lo intentemos, mayores serán nuestras probabilidades de éxito.

Quienes adoptan una mentalidad progresiva comprenden que pueden aprender cualquier habilidad nueva y que muchas personas en la historia comenzaron desde cero. Esta es la mentalidad que debemos cultivar, ya que más allá de nuestras habilidades innatas, es el esfuerzo continuo lo que nos permite alcanzar nuestras metas. Para un estudiante, es vital entender lo importante que es tener la mentalidad correcta para alcanzar sus objetivos, ya que el trayecto académico es largo y requiere de mucha determinación, tanto para superar los obstáculos como para soportar largas horas de estudio.

Este no es un tema menor; la salud mental también es parte de nuestra salud general, y debemos cuidarla, previniendo problemas y afrontando con firmeza los momentos de desequilibrio emocional. Como ocurre con cualquier aspecto de la salud, no siempre estaremos en un estado óptimo, pero lo primero es reconocer los problemas para aprender a manejarlos.

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