Aristas del Bienestar: Factores Clave

El bienestar, analizado desde una visión general, alude a una serie de elementos que configuran ese estado al que le llamamos “sentirse bien o mal”. Estos elemento o aristas, confluyen y se interrelacionan para marcarnos una serie de necesidades que buscamos satisfacer con nuestras acciones diarias. La insatisfacción dentro de una de estas aristas, influye de forma inevitable en las otras. Conociendo cuáles son los intereses y necesidades más importantes que tenemos dentro de nuestra individualidad como ser humano, es más sencillo encausar nuestros esfuerzos hacia la búsqueda de un bienestar adecuado.

Durante el desarrollo de la presente guía, estaremos repasando algunas de las aristas más importantes dentro de la conformación de nuestro bienestar. Entre estas aristas se encuentran: la espiritual, la física y la social.

Arista espiritual

La arista espiritual del bienestar, es aquella que nos remarca una serie de necesidades a satisfacer, que escapan del plano físico o tangible. Mediante la búsqueda de nuestro bienestar espiritual, intentamos encontrar cuál es nuestro lugar en la vida, qué es aquello que nos motiva a luchar por progresar. Encontrar los motivos que se encuentran detrás de cada una de nuestras acciones es una de las formas más eficientes de satisfacer nuestras necesidades espirituales.

El ser humano no solo es motivado por el plano físico, las cosas materiales muchas veces no tienen un gran sentido en nuestras vidas si no hay elementos espirituales más profundos que las respalden. Encontrar metas dentro de este plano del bienestar, es un motor de gran importancia a la hora de reunir las fuerzas para emprender nuevos proyectos o terminar los viejos. La arista espiritual debe ser vista como el motivo de cada acción a ejecutar. Mientras más significativo sea este motivo, más empeño pondremos en nuestras acciones.

Arista física

La arista que se desarrolla dentro del plano físico es una de las que más influye a la hora de autopercibir nuestro estado de bienestar. Esto sucede, porque el plano físico es el más fácil de apreciar. Mientras que nuestro lado espiritual no puede ser percibido a través de nuestros sentidos, el físico es más superficial y siempre está a la vista de todos.

Las enfermedades, los problemas de alimentación, las afectaciones por el estrés, la imposibilidad para conciliar el sueño, las adicciones o un simple dolor, son elementos del plano físico que van a influir de forma notable en cómo nos sentimos y cómo experimentamos cada uno de los acontecimientos que trascienden en nuestras vidas. No siempre se logra satisfacer el plano físico de la forma en que deseamos. Hay cuestiones que escapan a nuestros deseos y acciones. Lo que si podemos hacer, es aprender a manejar nuestras debilidades para obtener los mejores resultados posibles.

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