El propósito de vida

Cada persona debe responsabilizarse por encontrar su propio propósito de vida, no es como una meta generalizada, un camino a seguir o un ritmo de acciones específicas. El propósito de vida alude a los deseos y anhelos más grandes que se encuentran en el interior de cada persona. Muchos tienen identificado su propósito de vida pero no logran ser consecuentes con el mismo, desvarían en acciones y malgastan sus recursos en lograr objetivos ajenos a los que representan sus verdaderos intereses. Esta práctica, tarde o temprano, termina derivando en una sensación de infelicidad y malestar general, al vernos convertidos en una versión de nuestra persona, ajena a la que deseábamos construir.

Teniendo en cuenta la importancia que reviste este tema para tu superación personal y bienestar general, estaremos desarrollando la presente guía, donde acotaremos algunos de los puntos más importantes relacionados con la búsqueda y consecución de nuestro propósito de vida.

Encausar nuestras acciones

Más complejo que encontrar nuestro propósito de vida, puede ser aprender a encausar nuestras acciones para la consecución de nuestras metas y objetivos. Si ya tienes claro cuál es tu propósito de vida, intenta marcarte metas concretas que te vayan acercando de forma progresiva hacia el mismo. De esta forma, estarás consciente de que cada avance que des, por muy pequeño que sea, te acercará cada vez más a tus metas.

No es racional que si tu deseo en la vida es vivir de tu música, por ejemplo, desvíes los recursos que tienes y tu tiempo libre, para emplearlos en aprender a programar. No se trata de que esté mal aprender habilidades nuevas, sino que los medios que tienes a tu disposición son limitados y deben ser ejecutados de forma racional, siendo consecuente con el camino que deseas transitar.

Trazar metas a corto, mediano y largo plazo

Ser proactivos y tener las cosas claras lo antes posible, es primordial a la hora de acercarte a tu propósito de vida. Intenta trazar metas concisas y realizables, enfocadas a distintos periodos de tiempo, de forma tal que cada acción conduzca a una nueva acción y así sucesivamente. Las metas pueden ser ajustadas a tus gustos, necesidades y particularidades. Lo importante es que te comprometas de forma honesta en ejecutarlas y medir los resultados de forma critica.

Las metas a corto plazo, son aquellas en las que comenzarás a trabajar desde ya. Deben ser ejecutadas en un periodo de tiempo relativamente corto. Estas metas deben ser realizables con los medios que hoy tienes a tu disposición o con otros de fácil acceso. Las metas a mediano plazo, dependerán de la ejecución de las de corto plazo. Son metas que dan paso a la continuación de las acciones efectuadas en el periodo de corto plazo.

En el caso de las metas a largo plazo, estas serán representadas como objetivos hacia los que transitaremos de forma progresiva, si bien no contamos hoy en día con los recursos necesarios p