El sueño para la calidad de vida

No descansar adecuadamente y no dormir la cantidad de horas que demanda nuestro organismo, es uno de los factores que más influye en la aceleración del envejecimiento en los seres humanos. El sueño es el mecanismo que emplea nuestro cuerpo para repararse después de estar trabajando durante todo el día. En muchas ocasiones subestimamos la necesidad de dormir lo suficiente y sacrificamos nuestras horas de descanso para emplearlas en trabajar o entretenernos, pagando con nuestra propia salud.

Si ya la falta de sueño por si sola es extremadamente negativa para el desempeño de nuestras funciones, a esto hay que sumarle los muchisimos daños colaterales que trae la misma para nuestro bienestar físico y mental. Durante el desarrollo de la presente guía estaremos abordando algunos de los temas más importantes relacionados con el sueño y su impacto en la salud humana, desde su efecto como catalizador del envejecimiento.

Importancia del sueño

Dormir no es opcional para nuestro organismo como tampoco lo es comer o beber agua. Cuando no dormimos, nuestro cuerpo comienza a deteriorarse progresivamente, ya que es justamente durante el sueño cuando nuestro organismo cuenta con el tiempo suficiente para repararse de todo el desgaste que ha sufrido durante el día.

La falta de sueño es relacionada a uno de los factores más impactantes en la aceleración del envejecimiento. Dormir poco contribuye a la acumulación de estrés y consecuentemente a todas las afectaciones para nuestra salud que se derivan de este.

Cuando abordamos una nueva jornada laboral sin haber descansado lo suficiente, evidenciamos síntomas como la falta de concentración, mareos, afectaciones a nuestra memoria, dificultad para pensar o tomar decisiones, irritabilidad, molestia, entre otros. Todos estos síntomas son la muestra de que estamos llevando a nuestro cuerpo hacia un extremo que es perjudicial para nuestra salud, son señales que evidencian la necesidad imperiosa de descanso.

Sucede de igual manera cuando tenemos hambre o sed, donde nuestro cuerpo nos pide alimentos y agua para seguir funcionando. Obviar estas señales provocará que nuestro organismo no logre funcionar adecuadamente, surgiendo enfermedades y afecciones que deteriorarán tu salud de forma significativa.

El sueño es acumulativo

Uno de los elementos que no tomamos en cuenta a la hora de calcular nuestro tiempo de descanso es el de la acumulación del sueño. Algunas personas tienen la falsa creencia de que pueden pasar su semana trabajando en las noches, mientras que duermen unas pocas horas, todo para recuperar el descanso los fines de semana. Dormir mucho un día no solucionará el daño que se ha producido durante la semana.

Llevas cinco días manteniendo a tu cuerpo a su punto máximo, impidiéndole que se repare del desgate del trabajo y aguantando el impacto de los efectos adversos de dicho desgaste, todo esto no se solucionará con que duermas doce horas el sábado, ya el daño está hecho. El descanso debe ser cuidado cada día de tu vida, no asumas que porque puedas dormir poco significa que estás superando estas barreras biológicas, como en otros aspectos, el cuerpo humano tiene capacidades altas de resistencia, lo que no implica que no sufra y enfrente daños irreversibles.

¿Cuántas horas debo dormir?

Se recomienda, por lo general, descansar 8 horas al día aproximadamente. Es importante velar también por la calidad de ese descanso. No basta con acostarnos en la cama, si no somos capaces de conciliar el sueño profundo y reparador podriamos enfrentar los mismos efectos de mantenernos despiertos. Antes de dormir, procura apartar todo tipo de pantallas al menos una hora antes. No ingieras grandes cantidades de comida antes de ir a la cama y acondiciona tu habitación para que no entren luces ni ruidos molestos.

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