Transcripción Tipos de Hidratación: Importancia y Métodos
La hidratación es el proceso mediante el cual buscamos aportar humedad a nuestro cuerpo, para que sea empleada en las distintas funciones biológicas que se suscitan en el interior de nuestro organismo. Hidratarse no es solo beber agua, existen una serie de elementos que intervienen a favor de nuestro organismo durante este proceso. Cuando nuestro cuerpo no se encuentra correctamente hidratado, se comienza a experimentar una serie de síntomas que se van agravando con el tiempo. La deshidratación durante un periodo prolongado de tiempo, puede ocasionar severos trastornos para nuestro organismo e incluso provocar la muerte.
Durante el desarrollo de la presente guía, estaremos analizando este tema en mayor profundidad. Para ello, estaremos repasando cuáles son los tipos de hidratación que existen y cómo son empleadas en la satisfacción de los requerimientos de nuestro cuerpo.
El agua producida por nuestro cuerpo
El primero de los tipos de hidratación que estaremos analizando, es aquella que proviene de nuestro propio cuerpo. Aunque esto no es muy conocido popularmente, nuestro cuerpo tiene la capacidad de producir agua para su propio beneficio. Este tipo de hidratación, es una muestra de las altas capacidades de supervivencia y adaptabilidad que presenta nuestro organismo. Claro está, que esta fuente para la obtención de agua tiene muchas limitantes, por lo que es esencial que aprendamos los elementos que intervienen en ella.
La capacidad de producir agua por parte de nuestro cuerpo se desarrolla a raíz de las actividades metabólicas que realiza nuestro organismo. El agua obtenida por esta vía es muy poca y en su mayoría requiere del suministro de alimentos para que el metabolismo pueda producirla. Dicho esto, si bien esta fuente es de utilidad a la hora de satisfacer las demandas de agua de nuestro cuerpo, no es suficiente, por lo que estamos obligados a acudir a otras vias como las que veremos a continuación.
Hidratación a partir de los alimentos que consumimos
Esta segunda fuente de hidratación, contrario a la primera que ya hemos analizado, es capaz de proporcionarnos grandes cantidades de agua, para ser empleada en los distintos procesos físicos y quimicos que se llevan a cabo en nuestro organismo. Aunque muchos de los alimentos que ingerimos muestren una apariencia sólida, estos presentan en su composición un gran porcentaje de agua. En dependencia del alimento será mayor o menor la cantidad de agua presente en su composición.
Las frutas y verduras son dos de los grupos de alimentos que más agua aporta a nuestro organismo. De igual manera, es posible incorporar buenos índices de agua a raíz de la ingesta de alimentos como las sopas o los cereales. Mediante una ingesta balanceada de alimentos y rica en nutrientes de todos tipos, podemos contribuir a que las demandas de agua de nue
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