Transcripción Aspiraciones VS seguridad
Es fácil caer en la trampa de la seguridad. Quizás no estés haciendo exactamente lo que quieres pero al menos sabes a qué atenerte. Sobre todo si tienes a otras personas que dependen de ti, tienes obligaciones financieras o quieres mantener un estilo de vida.
La rutina de lo predecible te ofrece comodidad, te acostumbras a tus circunstancias aunque no te satisfagan del todo ¿Es tu trabajo una obligación que te causa ansiedad y tensión? ¿Te sientes presionado por cumplir metas y objetivos que significan poco para ti? ¿Y aun así con miedo a perder esa seguridad que has conseguido?
Quizás no te agradan las personas con las que trabajas o te sientas subutilizado o que menosprecian tus capacidades. Pero continuas porque tener una red de seguridad es importante. Caes en un ciclo repetitivo donde te esfuerzas por cumplir con lo que te toca, o alcanzar una meta que solo perpetuará el ciclo. Sin casi tiempo de pensar en las consecuencias emocionales que te acarrea esa actitud.
La seguridad se ha convertido en uno de los valores más apreciados por las personas aunque signifique sacrificar su libertad en ciertas áreas o renunciar a sus aspiraciones. Para progresar es necesario salir de nuestra zona de confort.
Encontrar tus aspiraciones
Las aspiraciones forman parte de tu visión del futuro. Es ese deseo intenso de conseguir algo que consideras muy importante. Para conseguir tus aspiraciones debes visualizar conscientemente esa realidad que quieres para ti y preguntarte ¿Qué necesitas para conseguirla? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Con qué recursos y con qué dinero? ¿Qué habilidades necesito? ¿A quién afecta mi decisión? ¿Qué consecuencias tendrá para mi? ¿Qué haré cuando alcance mi aspiración?
Todos fantasean con cumplir sus sueños pero no todos están realmente preparados para ir tras ellos. No están conscientes de lo que implica, el trabajo que lleva. Las decisiones más dificiles son las que requieren cuestionarnos nuestras creencias y modificar nuestros patrones de pensamiento y comportamiento. Si no somos capaces de pagar el precio puede ser que en realidad no lo necesitamos.
A veces sabes cuál es tu sueño desde pequeño pero la mayoría de las veces cambia o no puedes ver claramente lo que quieres. Si no tienes claro cuáles son tus aspiraciones una forma de acercarte es preguntarte que es lo que definitivamente no quieres para ti.
Ir sacando una a una todas esas variables que no te interesan o que te molestan, y ver a qué no renunciarias.
Intenta aislar solo lo que necesites, tus metas reales, lo que esperas del futuro. Cuando se realiza este ejercicio no quedan muchas opciones que te satisfagan verdaderamente. Es cuestión de reconocer tus posibilidades y tus limitaciones, tus talentos y recursos. Y de descubrir las oportunidades y amenazas del entorno. Una vez que tenemos claro lo que nos impulsa en la vida y nuestras prioridades es más fácil tomar las decisiones que nos convienen.
Las aspiraciones son necesarias para la autorrealización. Si no cumples tus aspiraciones probablemente termines cumpliendo las de otras personas más conscientes, pero sobre todo más perseverantes que tú.
Si te sientes desanimado o deprimido y que no vas a ninguna parte con tu vida, es porque probablemente sea así. Estás sacrificando tus sueños por la seguridad. Puedes ir trabajando en tus aspiraciones a la par que cumples con tus obligaciones. No tienen por qué ser una restricción, nada que valga la pena se consigue fácil y mientras más pronto te pongas a ello, más pronto verás los resultados.
Principales frenos al seguir una aspiración
Es importante siempre recordar que tenemos libertad de elección, que viene con un precio pero si tenemos aspiraciones es necesario llenarnos de valor y dar el primer paso para convertirlas en propósitos de vida. No tienen que ser decisiones radicales pero si hacer un esfuerzo por progresar no solo económica o profesionalmente sino como persona.
Entre los principales frenos al seguir las aspiraciones están:
- Miedo al fracaso.
- Ser perfeccionista.
- Temor a ser juzgado.
- Miedo a exponerte públicamente.
- Aversión a los riesgos.
- Mantener una comodidad económica.
- Dejar las cosas siempre
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