Transcripción La autoconciencia emocional
La inteligencia emocional involucra varios procesos que nos permiten efectuar cambios importantes en nuestra vida, pero también influir en los demás, interactuar mejor con otros y crear relaciones equilibradas y duraderas. Nos permite resolver conflictos diarios de una forma más creativa y objetiva. Los cinco pilares o componentes fundamentales para desarrollar la inteligencia emocional según el psicólogo Daniel Goleman son la autoconciencia emocional, la autorregulación, la motivación, la empatía y la habilidad social.
Aunque están muy interrelacionados y cada uno contiene elementos de los demás, el primero de ellos que es la autoconciencia, es la clave para poder seguir adelante con cualquier estrategia de desarrollo de la inteligencia emocional. Es una de las competencias más importantes y se refiere a la necesidad de identificar correctamente las emociones y los sentimientos.
Al comprender lo que se está sintiendo y reconocer los estados de ánimo y cómo influyen en nuestras acciones podemos intentar autorregularnos y además utilizar esta información para automotivarnos y motivar a otros. Al ampliar el concepto de emociones y sentimientos y observar cómo se manifiestan en las personas, podemos entender las posibles razones detrás de los comportamientos, paso esencial para desarrollar la empatía. Y al identificarlas podemos aprender a expresarlas y respetarlas, lo que nos ayuda a comunicarnos mejor con las demás personas y a tener diálogos internos más productivos.
Importancia de la autoconciencia emocional
Con la autoconciencia podemos reflexionar y cuestionar lo que percibimos. Podemos modificar nuestras opiniones y creencias si lo consideramos necesario.
Descubrimos cuales son los recursos que solemos utilizar, cómo gestionamos las emociones y sentimientos, y cómo los expresamos.
Al llevar un registro de su secuencia (qué los causa y sus consecuencias) podemos observar a que pensamientos están vinculados y hacia donde nos llevan. A la larga estar conscientes de cómo nos afectan estas emociones, facilita el proceso de tomar las riendas de esas situaciones que nos limitan o nos estresan y que pueden llegar a perjudicar nuestra salud. Conocer más de nuestras emociones y lo que las provoca nos ayuda a no aferrarnos al pasado y ser más compasivos con nosotros mismos.
Algunas acciones que podemos tomar para empezar a entrenarla son:
- Examinar cuidadosamente las situaciones que nos hagan sentirnos mal o generen estrés para entender la causa.
- Intentar conectar con las emociones cuando aparezcan y no reprimirlas de inmediato, sino aprender a identificarlas y ver en que se convierten al filtrarlas, tomando nota de los pensamientos que las acompañan.
- Para comenzar a tomar conciencia de este mundo interno hay varias técnicas. Una puede ser llevar un diario de emociones donde se registren todos estos pormenores. También se puede visualizar situaciones diferentes e intentar descubrir que emociones nos provocarian. Otro ejercicio puede ser recordar situaciones pasadas y lo que sentimos, con qué fuerza y la causa. A la vez se puede ir creando un listado de emociones y en que marco afloraron.
- Para entrenar esta competencia es necesario paciencia y constancia. A veces coinciden varias emociones y sentimientos a la vez creando estados confusos, lo que hace la tarea de reconocerlas y etiquetarlas mucho más difícil. Pero este conocimiento es lo que nos permite afinar nuestra autoconciencia.
Emociones y sentimientos
Las emociones han resultado extremadamente útil en nuestra evolución y supervivencia. Nos protegen y nos ayudan a interpretar correctamente las amenazas del ambiente y actuar en consecuencia.
Las emociones responden a nuestros cinco sentidos y a su interacción con el medio. Son respuestas espontáneas e inmediatas que producen reacciones psicofisiológicas en cadena en nuestro organismo.
También pueden aparecer como resultado de un proceso interno, disparadas por pensamientos. Se ha comprobado que los estados emocionales prolongados como estrés, ansiedad, angustia o frustración pueden provocar o agravar enfermedades.
Las emociones también han evolucionado junto a nosotros para permitirnos adaptarnos a situaciones sociales complejas. Siempre están acompañándonos y por eso a veces resulta difícil percatarnos de lo que estamos sintiendo exactamente ni por qué. Están asociadas a sensaciones determinadas y casi podemos sentirlas fisicamente y localizarlas en nuestro cuerpo como por ejemplo las famosas mariposas en el estómago o la tensión muscular.
Aunque las emociones básicas son respuestas biológicas que tienden a preceder a la razón no son procesos separados, casi de inmediato nuestras capacidades cognitivas se ponen a la par. E igualmente aunque estemos analizando calmadamente una cuestión y reflexionando sobre esta siempre habrá un componente emocional asociado.
Respondemos a nuestra propia realidad, basados en nuestras percepciones, necesidades, creencias, experiencias y las emociones no son la excepción. Todo pasa por nuestro filtro y aunque parezca que solo estamos actuando de acuerdo a lo que estamos sintiendo siempre está presente nuestra interpretación de los hechos. Nuestras expectativas juegan un rol fundamental y a veces podemos malinterpretar muchas situaciones por este motivo.
Por ejemplo si alguien nos grita nuestra primera reacción y emoción sería quizás la sorpresa o miedo, pero puede transformarse rápidamente en ira o enfado si creemos que se nos maltrata, o en frustración y resentimiento si no expresamos nuestra inconformidad adecuadamente.
Al ser capaces de valorar nuestras emociones, se convierten en sentimientos. Hay un elemento cognitivo que les otorga un sentido. Las diferencias fundamentales entre emociones y sentimientos son:
- Las emociones preceden a los sentimientos, son estados intensos pero transitorios ya que su principal función es movernos a la acción. Debido a su naturaleza son casi imposibles de regular o controlar y son dificiles de disimular, pues son reacciones espontaneas del organismo que se traducen en gestos y movimientos corporales instintivos. Las emociones básicas son miedo, alegria, tristeza, sorpresa, asco o ira.
- Los sentimientos por su parte tienen como base las emociones. Para desarrollar un sentimiento o una emoción más compleja participa la razón, al incorporar una valoración de lo que sucede. Lo cual no quita que sea un proceso subjetivo que parte de nuestra propia experiencia.
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