Transcripción La calidad de tus relaciones
Qué emociones sueles tener luego de terminado un encuentro social? ¿Te sientes lleno de vida o por el contrario cansado y sin ganas de hacer nada? Existen ciertos “vampiros espirituales” que te drenan la energía y vuelcan su toxicismo y pesimismo en ti. Como un vampiro te “chupan” las emociones positivas y energía, por lo que terminarás más cansado después de reunirte con ellos. ¿Cómo evitarlo? Con la construcción de relaciones de calidad. Saber poner los límites y respetar se suma como un beneficio propio y social, de largo alcance. Acompáñenos para saber cómo tener relaciones de calidad y así conseguir que la respuesta que consigamos interactuando con los demás sea:
- Qué bien me siento!
Calidad.
La calidad se define como el bienestar logrado. Un sentimiento de utilidad en nuestros encuentros. Valorar una relación social por la calidad en la que se muestra, nos hace contar con mejores emociones. Somos felices porque nuestras relaciones nos dan “felicidad”. No diciendo lo mismo, si estuvieses tratando con personas tóxicas o malencaradas.
Uno no puede decidir el modo de comportarse con el que deberian operar los demás. Por tanto, contar con unas relaciones en las que podamos predecir futuras actitudes hará que prime la CONFIANZA, contribuyendo a una EXPECTATIVA, lo más realista posible.
Aceptación.
Confiamos en la persona que sabemos que no nos va a fallar o a traicionar a la amistad que decimos tener. La confianza en toda área: amistad, profesional o sentimental, implica haber creado momentos, vinculos y conexiones con el otro. Un vinculo que tenga en cuenta la aceptación de la otra persona, los principios, la escucha activa, la confianza, el respeto y los limites.
La aceptación no tiene nada que ver con tolerar las conductas negativas. Tienes la obligación de aceptar al otro pero no aquellos comportamientos que te afecten. Es bueno saber decir: “Esa actitud me molesta” o “eso que estás haciendo no es de mi agrado”.
Personalizar.
Importante, no relaciones el comportamiento con la persona. No fue ella la que te trató mal, fue su comportamiento lo que te hizo sentir mal. De esa manera, no personalizamos las malas acciones. Y evitamos creer, de manera simbólica: “que las personas son malas”. En lugar de eso, su comportamiento no fue el adecuado, de esta manera se vuelve más fácil creer en el cambio. Si etiquetamos a las personas como ¨malas¨, estamos afirmando que no estarán entre sus atribuciones transformar la situación. Obviamente, la experiencia nos ayuda a detectar cuando una persona volverá a hacer, de los malos hábitos una conducta. Saber alejarse y poner distancias saludables, es una misión constante.
Principios.
Hablemos ahora de nuestros principios. Esa concordancia lineal entre lo que queremos ser y lo que somos. Si no te gustan las series americanas, bajo ningún concepto, debes decir que te gustan. No se trata de encajar en un grupo siendo infiel a tus convicciones. No seas falso(a). Eres importante y tus gustos también lo son. Si te traicionas en algo tan básico, estarás infringiendo la ley del respeto, y no queremos eso, ¿verdad?
Especular y engañar a otros con el fin de pertenecer a su ¨grupo¨, hará que cuando dejes de fingir y muestres tu verdadero ser, seas despreciado. No fue esa la persona que dejaron entrar en su espacio.
Limites.
Se trata de encajar con las personas adecuadas ¿Qué son los limites? Y ¿Qué implica ponerle límites a nuestras relaciones? No, no se trata de ponerle fin a la conversación, no es un limite de duración. Los límites son reglas de conductas. Yo me llevaré bien contigo, siempre y cuando no te burles de mi, porque sabes que me molesta:
- En toda relación social, solemos poner limites
- Te molestó que te saludara con dos besos?
- Es que soy atea al contacto físico.
- Si una vez marcado el limite sigues invadiendo la distancia física estás ofendiendo a la persona. Respeta sus necesidades.
Expectativas.
Lleguemos a otro punto crucial: las expectativas. Conozco a Lorena, es sociable pero no es de asistir a encuentro multitudinarios. Si yo no sé este último detalle de Lorena me puedo llevar una decepción a raíz de exponerla a esa misma situación.
En la expresión general de su rostro, y las increibles dotes sociales que demuestra me hace ver lo extrovertida que es. Si la invito a una fiesta, con aglomerado número de personas. ¿Qué espero? Que se relacione igual de bien ahí que en una reunión de amigos. Pero no, sucede el efecto contrario y nos incomodamos.
¿Nuestra decepción fue por culpa de ella? No, fue por una idea equivocada que nos hicimos. Por tanto lo más justo sería decir:
- Lo siento, fue culpa mia. Crei que te gustaría ese tipo de ambientes.
- No es cuestión de descargar una ira innecesaria y decirle.
- Crei que eras diferente-y marchar dando un portazo.
- Se necesita una vez más, respeto. Respeto sano y coherente. Si dices.
- Respeto tu punto de vista, pero no sabes nada de la vida.
- No estas respetando y encima estás volcando tus frustraciones sobre una persona que no tiene la culpa en lo absoluto.
Influencias.
Hablemos ahora de las influencias. Si tus cinco amigos son alegres. ¿Qué crees? Te influenciaras de esas emociones. Rodéate de personas que admires, sigue su ejemplo, no sólo para mayor calidad en nuestras relaciones sino también para una modificación en nuestros actos. Por ejemplo: tu hermano está contento, y se mantiene motivado con correr todas las mañanas.
Ya viste el resultado de una tonificada musculatura, por lo que querrás imitarle. Así que vigila tu entorno y que grado de influencia negativa tienen las personas con las que convives. Puedes adoptar comportamientos parecidos por efecto contagio. Pregúntate: ¿Cómo son las personas con las que me relaciono a diario?
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