Transcripción Analizando comportamientos y sus consecuencias
Una vez que se sabe lo que se quiere conseguir y por qué, es que podemos comenzar a trabajar para llegar ahí. Existen varias vias para movernos en pos de nuestro objetivo. Una de ellas es revisando los comportamientos y asegurarnos de que estamos actuando en nuestro mejor interés. Ya sea cambiando los comportamientos que ya se tienen por otros más beneficiosos, o abandonándolos directamente.
Para conseguir cambiar lo que tenemos por lo que queremos, necesitamos encontrar las motivaciones racionales y emotivas que nos mueven a la acción.
¿Qué hay detrás de los comportamientos?
Una conducta responde a un motivo, que puede ser biológico o social. Esa motivación impulsa a la conducta. Cuando esta conducta se repite en un contexto y por un periodo de tiempo se convierte en un comportamiento.
La reiteración prolongada de un comportamiento crea un hábito. Ya sean positivos o negativos. Es el resultado de una estrategia de la persona para enfrentar una situación. Ejemplos de hábitos negativos puede ser una predisposición a dejar todo para después, a distraer la mente con actividades lúdicas, o a recurrir a las adicciones.
Una de las presuposiciones de la Programación Neurolingüistica (PNL) es que cada conducta o comportamiento tiene una intención positiva (para la persona que la ejecuta). O sea busca satisfacer una necesidad. Por ejemplo de forma general buscamos placer o evitar el dolor, ya sea consciente o inconscientemente.
Este comportamiento por lo tanto tiene un sentido, aunque a veces no sea correcto o productivo. Esto nos permite interpretarlo y encontrar lo que separa el comportamiento de la intención detrás. Así podemos buscar nuevas formas para conseguir el mismo beneficio sin perjudicarnos o perjudicar a otros.
Esta intención responde a satisfacer una necesidad que puede estar enmascarada. Al descubrir que hay detrás de las motivaciones y comportamientos, nos damos cuenta de la verdadera naturaleza de nuestras interacciones y de por qué nos comportamos como lo hacemos.
Si no se reconoce lo que verdaderamente está impulsando los comportamientos que impactan negativamente en nuestra vida, solo estamos ofreciendo una solución temporal a un problema más profundo.
Seguimiento del comportamiento
La secuencia del comportamiento es: precedente, comportamiento y efecto.
El precedente es el detonante que impulsa el comportamiento. Puede ser interno, cuando nuestros pensamientos y emociones dictan lo que se debe hacer. Por ejemplo ignorar una determinada sensación evadiéndola: usar una adicción para calmar dolor o ansiedad. O distraernos con actividades lúdicas para no pensar, o romper cosas cuando nos frustramos.
En el caso de los detonantes externos, son lo que encontramos en el entorno. Observarlos o interactuar con ellos hace que respondamos en consecuencia, por ejemplo reaccionar a una critica con enfado, o relacionar la visión de la comida con ansia de comer.
Estos detonantes sirven como un aviso para prestar atención, pues lo que viene de inmediato es la reacción condicionada, el comportamiento ya automático. Estas respuestas son dificiles de controlar pero si se aprende a anticipar y a identificar lo que está detrás, se puede comenzar a intervenir.
Analizar el efecto o consecuencia que tiene, ya sea a nivel interno o externo, también nos guía hacia el objetivo real del comportamiento. Nos dirige hacia el beneficio, que fue lo que nos motivó a actuar de esa forma. ¿Cuál es el beneficio? ¿En qué queremos influir? ¿En nosotros o en alguien más? ¿Qué obtuvimos? Reconocimiento, respeto,
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