Transcripción Aprendiendo a confiar en otros en el coaching
La base de una buena relación es la confianza. De hecho, nuestra gestión de la confianza determina nuestra calidad de vida. Solo piensa en lo importante que es poder confiar en las relaciones más significativas de tu vida: tu familia, tus amigos, tu pareja, quizás tu jefe, o tus socios. De una manera u otra, en mayor o menor medida necesitamos establecer un nivel de confianza en nuestras relaciones para sentirnos bien y para prosperar.
Componentes de la confianza
Esperamos que la otra persona, institución, organismo o negocio, cumpla su parte según el acuerdo, tácito o no, que se haya establecido. Confiamos en que nuestra pareja nos sea fiel, nuestros hijos confian en que los protegeremos, nuestro jefe confia en que seremos efectivos en nuestra función y cumpliremos las tareas con lo mejor de nuestra capacidad, etcétera.
El alcance de la confianza que depositamos en las personas es limitado. Hacemos una estimación de cuanto podemos fiarnos de la otra persona. Quizás puedas confiar en alguien para que te escuche en un momento de crisis y te sepa aconsejar, pero esa misma persona no es necesariamente confiable para ayudarte con la organización de tu negocio, por ejemplo.
O sea buscamos ciertos requisitos en las personas que las hagan confiables a nuestros ojos. Básicamente nos inspiran confianza por aspectos relacionados con la sinceridad, el carácter, la competencia y la responsabilidad:
- Sinceridad: si sus palabras reflejan su comportamiento y viceversa.
- Carácter: rasgos y cualidades de la personalidad por los que sintamos afinidad y nos den seguridad como por ejemplo espontaneidad, humildad, generosidad, honestidad, tenacidad.
- Competencia: capacidad de cumplir con efectividad lo acordado. Si tienen no solo la actitud sino las aptitudes que necesitamos.
- Responsabilidad: si son capaces de comprometerse y asumir las consecuencias de sus actos.
Es fundamental que estos requisitos sean estables en el tiempo, o sea consistentes. Que las expectativas se hayan cumplido varias veces. Solo entonces comenzaremos a confiar realmente en lo que la otra persona nos ofrece.
Niveles de confianza
La autoconfianza: tanto para aprender a confiar como para inspirar confianza en otros, es necesario confiar en uno mismo antes. En nuestras capacidades para conseguir lo que queremos. La autoconfianza se va construyendo con la percepción de nuestros éxitos y fracasos, según como los experimentemos e interpretemos serán una ventaja o un lastre a la hora de relacionarnos.
Confiar en otros: somos seres sociales y necesitamos contar con personas de confianza que nos acompañen en nuestro camino. Si queremos relaciones sólidas hay que entender que la confianza es uno de los componentes principales.
Inspirar confianza: para eso hay que hacerse confiable. Esto se consigue siendo coherentes con nuestros valores y viviendo acorde a nuestras creencias. Mantener una actitud abierta y sincera también ayuda. Una vez que obtengamos resultados consistentes por un tiempo nos ganaremos la confianza de los demás.
La confianza en el proceso de coaching
Uno de los fundamentos del coaching es que las personas tienen potencialmente todos los recursos que necesitan para cambiar y mejorar. Así que confiar en otros, tener confianza en que los demás pueden cambiar si quieren, forma parte de confiar en el propio proceso de coaching.
Además, una parte de ser más valioso en tus relaciones es ganarte la confianza de las personas, y la relación coach-coachee no es la excepción. Si no conseguimos la confianza del cliente, el proceso fracasa
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