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Comprendiendo y manejando las emociones

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Transcripción Comprendiendo y manejando las emociones


Le tienes miedo a las ranas y casualmente oyes un: ¨croac¨. Tu amigdala cerebral, la encargada de detectar esa señal, cree que eso representa un peligro para ti y envia la orden al cerebro. Tu corazón empieza a bombear sangre a mil por hora y sudas debido al sobrecalentamiento que experimenta tu organismo. Las glándulas suprarrenales liberan adrenalina para predisponernos a la acción. Surge el instinto de protección: ¨ ¿Vas a atacar o huir?¨

Una vez que el cerebro reacciona a lo que está sucediendo, una milésima de segundos después, se da cuenta que no era una rana real, era una película en 3D que estabas viendo. La amigdala no juzga, no piensa, es impulsiva, de ahí la insistencia de educar nuestras emociones, como todo ser racional que se precie.

Emoción.

Hemos visto que las emociones son reacciones psicofisiológicas originadas por un estimulo: real o imaginario. Esta reacción se desencadena por ser valorada automática e inconscientemente como agradable o peligrosa para nuestro bienestar o supervivencia. En este proceso interviene la amigdala y sistema limbico. Pero, ¿qué es el sistema limbico? Una estructura localizada por debajo de la corteza cerebral.

Tiene un papel esencial en el aprendizaje, memoria a largo plazo y en la respuesta que le damos a las emociones. Dentro de este sistema se encuentra la amigdala, especializada en la memoria emocional. Todo aquello que recuerdas que te eriza la piel y sonries sin proponértelo. Esa es la amigdala.

Emociones negativas.

Te invito a que apuntes en una hoja todas estas emociones negativas y cuando sientas algún tipo de desasosiego interno táchalas, escribe el día, qué y quien lo ocasionó. En caso de no ser ninguna de esas emociones, anota la que más se asemeje:

  • La preocupación, frustración, decepción, pena, dolor o disgusto están contenidos dentro de la tristeza.
  • La preocupación, inseguridad, anhelo y desesperación, están vinculadas a la ansiedad, por lo que el anhelo se vuelve un pensamiento excesivo hacia el futuro.
  • El miedo como el máximo exponente de horror y pánico que seamos capaces de concebir en nuestras cabecitas.

Emociones positivas.

Ahora harás lo mismo en otra lista, pero en lugar de tachar las emociones positivas que experimentes vas a propiciar que surjan:

  • Para la alegría provocaremos cierto nivel de deleite, diversión, euforia o humor. ¿Cómo lo conseguimos? Realizando algo que nos guste mucho, retomando una afición, viendo una comedia o siendo increiblemente tontos. Si, sé un(a) niño(a). Riete. Inventa.

  • Para el amor incentivemos la hormona oxitocina, vinculada al contacto social: tu mascota, tus amigos, pasar tiempo contigo y generar amor propio. Las emociones son. respeto, ternura, gratitud. Esta última indica tu poder de agradecer lo que ya tienes.
  • Para la felicidad no queda más que detenerse de nuevo en las pequeñas cosas. Ver el mar, sentir las olas, escuchar música o dibujar. Las emociones consecuentes son: paz interior, tranquilidad, satisfacción, entre otras.
  • ¿Sabias que existen las emociones estéticas? En este apartado sería buena idea decorar tu casa, otorgarle tu sello propio. Dale vida a ese cuadro viejo que tienes tirado a un rincón. Haz de tu casa o tu lugar personal una obra de arte, y suscita la emoción estética. Asociar tu lugar de descanso a emociones puras como la paz y tranquilidad te brinda un confort especifico. Literal, aumenta el placer y las emociones positivas.

Autorregulación emocional.

Para lograr una autorregulación emocional estable, debes saber que seguirás experimentando las emociones pero digamos que en ¨cámara lenta¨, quiero decir que cuando un amigo te dice un comentario hiriente, por ejemplo, sabrás cuándo se activa la decepción en ti. Un nudo en la garganta, no podrás hilar tono de voz alguno, y como una olla exprés evaporarás tus sentimientos llorando, así que esa autorregulación comenzará con:

  • Tomar conciencia de tu cuerpo: Cierra los ojos, ponte en una posición cómoda y empieza a sentir o a inferir la sangre corriendo por tu cuerpo. Presta atención a lo que escuchas, el aire en tu piel, el tacto, la vista y el gusto. Todo.
  • Practica con una emoción en vivo: ¿Cómo puedo lidiar con esta respiración agitada producto de la ira? Enfócate en la respiración, mantén la exhalación por 5 segundos e inhala otros 5 segundos. ¿Tienes ese desagradable nudo en la garganta? Siéntelo.
  • Antes de pensar en cosas positivas conoce la manifestación negativa en tu cuerpo, solo entonces podrás controlarlo. Este ejercicio es meramente orientativo, no para que respondas a las emociones, sino para que analices tu propia respuesta orgánica. Disfruta del silencio. No hables mientras percibes esos deseos de gritar, solo permitete identificar qué es lo que SIENTES.
  • Asociación: ¿Sabias que tu subconsciente no nota la diferencia entre lo que dices y lo que piensas? Por ello decir.¨yo soy fuerte¨ o pensar en la fortaleza que tenemos evoca un sinfín de pensamientos positivos. Cuando nos sintamos al borde del limite, asociemos un objeto con el estimulo que lo causa. ¿Te molestan mucho los gritos de tu pareja? Imagina que un globo son esos gritos y tu molestia se volcará en él, así que mientras lo inflas piensa, dale forma mental al globo, escribe la palabra: ¨gritos¨ y cuando esté inflado, explótalo. Tu cerebro pensará que ha solucionado el problema, siempre y cuando no vuelvas a exponerte de nuevo a ese evento o situación.
  • Pensar antes de hablar: Argumentos eternos. No puedes estarte quieto(a) y tienes que añadir el punto final. ¿Crees que lo haces por sentido de justicia? No, es tu ego. A tu ego no le gusta sentirse inferior o ver que no lleva la razón. Aprender a bajar la cabeza y decir.¨tienes razón¨, no es un síntoma de flaqueza. Así que pensar te da un norte especifico de cómo actuar.
  • Tú dices que la manzana es roja y Juan que es para comer. Tú viste su característica y Juan la función. Ambos aceptaron, aunque a veces uno se acerca más a la verdad que el otro. Así que respira, piensa y luego di: Entiendo tu punto de vista, pero debemos llegar a un acuerdo.


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