Desarrollando tu identidad pública con autenticidad

La identidad es el resultado de lo que entendemos como la unión entre todas las partes (yo profundo, el social, el privado, el público). Conocer todas estas partes de nosotros mismos y como se relacionan nos permitirá conocer quiénes somos.

La identidad es la imagen general que tenemos de nosotros mismos y que nos permite ser conscientes del lugar que ocupamos y de las diferencias y similitudes con los demás. Y no es un proceso estático sino que cambia con el tiempo. La identidad, en cada momento, recoge tanto los acontecimientos del pasado como las proyecciones sobre el porvenir en un hilo que le da sentido a nuestra existencia.

Los elementos que influyen en la creación y en el desarrollo de nuestra identidad son muchisimos. Factores internos como genética, cognición, motivaciones, creencias; y factores externos como experiencias, acontecimientos, oportunidades, influencia de la familia y la sociedad, lugar de nacimiento, cultura.

La identidad en el coaching

La indagación en uno mismo, el autoconocimiento, es un aspecto fundamental que siempre se aborda cualquier proceso de coaching. Dependiendo del tipo de coaching y los objetivos que se propongan esta indagación será más o menos profunda, pero preguntas como ¿Quién soy? ¿Qué me motiva? ¿Cuál es mi misión o propósito? ¿Qué necesito? ¿Cuál es mi yo ideal? Son constantes necesarias para avanzar y cristalizar nuestras metas.

El coaching es un proceso práctico por lo que la investigación que se realiza sobre la identidad, ya sea privada o pública, está siempre encaminada a conseguir una solución concreta.

Para el coaching cuando las capacidades están alineadas con los valores y se logran poner en función (comportamientos) en el lugar y el momento oportuno, se pone de manifiesto el yo profundo.

Creencias sobre la identidad

Las creencias asociadas a nuestra identidad son las que más repercuten en nuestra vida. Cómo nos vemos a nosotros mismos es determinante en la autoestima y a su vez influye en la visión que tienen de nosotros. Las creencias nos limitan o nos potencian. Le dan una dirección a nuestras emociones y a nuestros prejuicios.

Las opiniones que tienen sobre nosotros raramente son unánimes. En algunos casos darán en el blanco pero en muchos otros no, pues cada cual emite juicios según su propia percepción. A partir de sus experiencias y de lo que hayan visto y oido en un momento dado, pueden definir a una persona por un comportamiento.

Sin embargo las creencias con las que nos definimos a nosotros mismos son las que más pueden favorecernos o perjudicarnos, ya que actuaremos en consecuencia.

Importancia de la identidad pública en el desarrollo personal

Eres lo que haces, aunque haya gente que no esté de acuerdo o no le guste. Tus comportamientos (o la inercia) son un reflejo de cómo piensas y de lo que valoras.

En muchas ocasiones logramos ocultar o maquillar nuestras carencias, no solo ante el mundo sino ante nosotros mismos. Esto solo crea un conflicto entre lo que piensas de ti mismo y tu conducta.

Cada vez que fallamos en un propósito interno promovemos las dudas y las inseguridades. Lo que a su vez se refleja en la identidad pública, aunque queramos esconderlo, es un circulo vicioso. Esto no nos deja avanzar ni conseguir lo que necesitamos.

La identidad pública tiene que ver con la imagen que proyectamos en los diferentes contextos en los que nos desenvolvemos. Se basa en la percepción de los demás sobre nuestra conducta, sus opiniones/juicios sobre quiénes somos y lo que hacemos. A veces no necesitan mucha información para emitir un juicio. Es algo que esta dictado por sus valoraciones y sus prejuicios.

Si sus opiniones tienen peso a la hora de conseguir nuestras metas es lógico que queramos controlar lo más posible el resultado de ese juicio para tener más posibilidades. La identidad pública se va construyendo a partir de nuestra forma de comunicarnos y nuestras acciones.

Parece algo fuera de nuestro control pero no es totalmente cierto. El hecho de reconocerme y que me reconozcan como alguien capaz de hacer determinada cosa puede abrir o cerrar muchas puertas. Cuando comprometemos nuestra identidad pública limitamos nuestras oportunidades.

Generalmente nos interesa más la opinión de algunas personas, no todas. Aquellas con las que queremos interactuar a largo plazo, construir un vinculo emocional o profesional. Para bien o para mal la identidad pública es la base para atraer o alejar a las personas, al menos en un principio. Por eso al intentar crear un rol valioso para otros es importante mantenernos enfocados y mantener el equilibrio.

Ejercicio de identidad pública

Según el diccionario de Oxford: Tener una identidad es la circunstancia de ser una persona y no otra, con un conjunto e rasgos o características que permiten distinguirla de otras en un conjunto.

Es algo subjetivo que depende en gran medida de la interacción con los demás. Y para los demás una persona es lo que transmite. Es importante tener una idea de cómo nos estamos proyectando pues puede ser un factor decisivo para mejorar nuestras relaciones interpersonales, lograr lo que nos proponemos, asumir más responsabilidades y ganarnos la confianza de los que nos rodean. Además de que la imagen que se hacen de nosotros es una pieza más en el camino del autoconocimiento.

Un problema común es la incapacidad de ver más allá de nosotros, o de ponernos en el lugar del otro. A veces no nos percatamos incluso cuando notamos que nos subestiman o nos hablan en un tono paternalista, o nos temen, o nos evita

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