Transcripción No te pongas limites imaginarios
reconocido. Desde los juegos infantiles hasta la entrada al mundo laboral, los seres humanos se ven impulsados en una batalla por colocarse en el punto más alto de aprobación social, sin que nadie aprecie el costo de ir por la vida coleccionando éxitos sin tener unos cimientos emocionales saludables y una identidad personal sólida que permita a la persona saber, en primer lugar, quien es y desde dónde hacer su aporte al mundo.
Éxito personal, un deseo legitimo
Cuando una persona llega solicitando ayuda de un coach de vida, es obvio que no se encuentra en su mejor momento; el profesional del coaching, en un ambiente amigable, conversará una y otra vez con su cliente, para encontrar la causa real de su malestar y poder ayudarlo; pues en ocasiones el cliente que llega con la típica imagen de triunfador no sabe exactamente qué le sucede aunque no logra librarse de su sensación de vacío y angustia, pero con sus métodos de trabajo el coach creará un retrato del cliente que le revelará las verdaderas causas de su estado.
Para que un coach encuentre la solución al malestar de su cliente lo va llevando en las sesiones de trabajo, hasta zonas de su vida donde aparecen los primeros signos de su estado actual; es a veces en la etapa de la infancia, donde se sufren comparaciones, quejas y juicios críticos que hacen que la persona crezca sintiéndose poco capaz y valiosa, formándose con una identidad erosionada por el criterio ajeno. Al paso del tiempo, el disfrute por ser elegido, ascendido o elogiado le proporciona una sensación de logro y un valor que hasta entonces no creia tener.
Techo de cristal
El disfrute que experimenta la persona al ser aceptada por otros y que le confirman su valor ante los demás, la estimula a emprender una carrera ascendente por la escalera del éxito sin reparar en los esfuerzos y renuncias que sean necesarios para mantener este orden de prioridades al que ha sido llevada. Al paso del tiempo, acumulando éxitos y aprobación, la persona llega a adaptarse a esa sensación, de tal manera que si eso cambia no siente disfrute alguno, se siente en una nueva realidad ajena y desconocida, lo que un coach de vida llama un techo de cristal.
El coach a través de técnicas y estrategias personalizadas trabaja con su cliente esas creencias limitantes autoimpuestas que no le permiten explorar otras zonas de la realidad y desarrollar nuevas habilidades.
El cliente es estimulado a revisar sus puntos de vista para que se deshaga de los criterios que no son útiles a su desarrollo personal y al hacerlo, desde su verdad interior, fortalece su identidad, la cual es muy importante que esté bien fundamentada en bases concretas y reales según la verdad personal de cada uno.
Trabajo con la identidad personal
El coach demuestra a su cliente que hay dos formas de actuar en la vida desde nuestra identidad personal: una es saber que, aunque imperfectos, también somos valiosos, y la otra idea es aquella de que no somos valiosos ni para nosotros mismos ni para los demás. El creer que no se es suficientemente bueno daña la identidad personal del individuo, anulando sus potencialidades y buscando la aprobación de otros continuamente, generando así, una dependencia emocional que al paso del tiempo se expre
limites imaginarios