Transcripción Entendiendo el proceso de ayuda en coaching
En la relación de coaching existirán siempre una serie de pasos que deberán seguirse por parte del cliente. Llamémoslo método o etapas por las que atraviesa el proceso de ayuda.
No somos gurús o dioses que cumplirán un sueño ¨mágico¨. Nuestra función es ayudar a descubrir qué motivos llevaron al limite a la persona. Este proceso viene cargado de una gran responsabilidad y una clara delimitación del problema. Sin un rumbo a seguir, te perderás en el camino. ¡Acompáñanos y lo entenderás!
El problema.
Una sesión de coaching precisa tomar en cuenta cuál es el problema: motivo de la visita. Engañarnos a nosotros mismos o llegar a conclusiones precipitadas sobre la causa de nuestro malestar no nos conduce al cambio. Antes de apresurarnos a identificar lo que nos aflige, debemos tomarnos el tiempo para reflexionar y entender que nos pasa:
- ¿Cuándo empecé a sentirme desafortunado(a)?
- ¿A qué área principal de mi vida atribuyo este malestar?
- ¿Cuál considero que es el ¨problema¨?
- ¿Este ¨problema¨ afecta mi bienestar?
- ¿Por qué este problema en particular y no otro?
Definir el objetivo.
Una vez que hemos identificado EL PROBLEMA, podemos definir nuestro objetivo:
- ¿Qué queremos lograr?
- ¿Qué soluciones podemos crear para facilitar el cambio?
- Al ser conscientes de nuestras habilidades y limitaciones, estamos en condiciones de diseñar un plan, analizando las oportunidades que nos ofrece el entorno. Definir el objetivo es importante, nos ayuda a enfocarnos en lo que queremos lograr y a tomar medidas concretas para cumplir el plan trazado. Al tener un objetivo claro, sabremos determinar qué acciones son necesarias para alcanzarlo y medir nuestro progreso hacia él.
Lluvia de ideas.
Al definir el problema, podemos empezar a generar ideas para encontrar una solución. En marketing, este proceso se llama “brainstorming” y consiste en liberar nuestra creatividad.
En la realización de la lluvia de ideas, se anima a los participantes a expresar todas las opiniones que se les ocurran, sin importar cuán descabelladas puedan parecer. El objetivo es ¨expresar¨ disimiles ideas y evaluar las mejores. De esta manera, podemos eliminar sesgos y creencias irracionales. Por ejemplo, si nuestro problema es: ¨dificultad para relacionarnos con las personas¨, podemos expresar posibles orígenes de esa creencia adoptada.
La solución.
En medio de la consecuente lluvia de ideas, puede surgir de manera accidental la mejor idea que hayamos tenido. De esa manera, llegamos a la VERDAD. Perfecto. Aun así, la historia no termina ahí. Tenemos una idea, pero:
- ¿Es viable?
- ¿Podemos llevarla a cabo teniendo en cuenta nuestras habilidades y capacidades?
- Debemos ser honestos. Al final, si nos engañamos, ¿quién termina siendo el perjudicado? Exacto, nosotros mismos.
Responsabilidad.
- Si- me respondes- No solo es una buena idea, sino que además está dentro de mis habilidades personales o es un desafio que me propondré cumplir.Lo que queda por hacer, entonces, es asumir la responsabilidad en el proceso. No hay excusas. No pude hacer ¨tal cosa¨ porque me quedé dormido o me dio pereza. No. Eres la única persona que puede ayudarte. Entre las facultades del coach está el de guiar, pero si el cliente no se compromete con el cambio, se está gastando energía y tiempo en vano. Necesitamos cambiar de pensamiento si queremos recibir un resultado diferente.
Compromiso.
El compromiso y la responsabilidad están estrechamente relacionados. La diferencia radica en que te responsabilizas sin necesidad de una gran motivación. Solo confias en el poder decisivo de tu palabra: ¨tranquilo, fue mi responsabilidad¨. Das a entender con esto que ¨tu palabra¨ estaba en juego y fracasaste.
Por otro lado, el compromiso implica un acto más puro y una motivación más realista:
- Me comprometo a cambiar.
- Una cosa no puede separarse de la otra. Cuando te comprometes, también te estás responsabilizando. El compromiso utiliza el poder de la palabra, actitud y motivación.
- Actualmente, nada nos detiene para progresar. Posees la capacidad única para lograrlo. No dejes que un fallo o un mal presagio te desalienten. Si la solución que probaste no dio resultado, inténtalo de nuevo.
- Sigue estos pasos: reconoce el problema, realiza una lluvia de ideas, encuentra soluciones factibles y comprométete a implementarlas. En el siguiente tema, abordaremos la interiorización de creencias erradas y una motivación dirigida a la meta. ¡Puedes lograr lo que te propongas! La cuestión es si deseas hacerlo.
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