Transcripción Definiendo tu visión de vida con claridad
Para progresar hay que tener una dirección. Para tener una dirección a mediano y largo plazo nada mejor que desarrollar tu propia visión de vida. Lo que quieres para ti mismo.
Primero hay que ser capaz de visualizar esa imagen de quién quieres ser y a dónde quieres llegar, ya sea en 5, 10 o más años. Pero si se quiere tener éxito debe ser una visión realista y significativa. Lo suficientemente razonable y detallada como para que sea una guía útil y te mantenga enfocado.
La visión según el diccionario, también se refiere a la capacidad para comprender las cosas acertadamente, de modo que es posible prever algunos acontecimientos y tomar las decisiones correctas. Así que hay que comenzar por evaluar el presente y prevenir sus consecuencias.
Sin visión podemos quedar encerrados en el mismo ciclo una y otra vez sin avanzar realmente, a no ser que algo te obligue a salir de ahí. Ya sea un trabajo que no te interese, una relación que ya no funciona para ti, un entorno hostil y depresivo, etcétera.
Si no somos capaces de encontrar nuestra visión, difícilmente podamos hacer ningún cambio significativo en nuestras vidas o comprometernos realmente con algo.
La necesidad del cambio
Para cambiar hay que desear cambiar. Tomar responsabilidad sobre nuestros problemas y nuestras relaciones. Es imposible que alguien más lo haga por nosotros, cada cual es responsable de su vida, es un derecho y una obligación. Cuando una persona tiene claro esto, puede comenzar a concentrarse en lo que puede hacer para cambiar su situación, para crecer.
¿Cómo puedo mejorar mi situación? ¿Cómo puedo conseguir el trabajo que deseo? ¿Cómo puedo adquirir nuevas habilidades? ¿Cómo puedo conseguir más libertad? ¿Cómo puedo ayudar a los demás?
Hay que decidir cambiar y comenzar a actuar de inmediato o nada pasará. Pero si no estamos convencidos de esa visión, y de que nos espera algo mucho mejor que lo que tenemos ahora, nos exponemos a recaer en los viejos hábitos. La actitud es una de las primeras cosas que necesitamos modificar a la hora de cambiar nuestra vida.
Una forma de saber que necesitamos un cambio, es a partir de un balance y una evaluación interna que nos lleva a cuestionarnos si estamos haciendo lo correcto, si nuestros hábitos nos están ayudando o perjudicando. Si nuestras emociones están fuera de control, por ejemplo si llevamos un tiempo sintiéndonos mal.
Debemos comenzar por valorar cuál es nuestro papel en esas situaciones, tomar responsabilidad por no conseguir lo que queremos es el primer paso para recuperar el control. Solo así podemos avanzar.
Encuentra tu visión de vida
¿Estás satisfecho con tu propósito de vida actual? ¿Te sientes motivado? ¿Conoces tus aspiraciones? ¿Qué es lo que te apasiona? Todas estas preguntas te pondrán en posición de crear tu visión. Enúncialo lo más claramente que puedas.
La visión no es más que tus propósitos de vida, puntualizando lo que quieres conseguir. Para esto tienes que definirte a ti mismo, tus fortalezas y debilidades. Cómo te ves a ti mismo, lo que te gustaría cambiar en cada área. También tienes que tener claro tus valores fundamentales y cuál es su prioridad. Esto te permitirá alinear todos los aspectos de tu identidad. Es la mejor forma de inspirar confianza en los demás, ya que verán correspondencia entre lo que haces y lo que dices.
El rol del coach en la visión del cliente
El rol del coach es facilitar el cambio pero de ninguna forma es responsable de generar el cambio. Esta es una decisión personal. Un coach debe ser cuidadoso para no crear dependencia en los clientes. El trabajo lo tienen que hacer los clientes.
El coach conoce el proceso y las técnicas que hacen falta para guiarlos pero lo mejor que pueden hacer por sus clientes es enseñarles a aprender, a crear sus propios procesos y ofrecerles las herramientas para que sepan afrontar los retos futuros. Si se toma las decisiones por ellos o se les señala exactamente lo que deben hacer en cada situación nunca van a descubrir sus capacidades ni rozar su potencial. Deben encontrar su propia visión de la vida y aprender a asumir la responsabilidad que tienen en su desarrollo.
Un buen coach siempre tiene la visión de facilitar el crecimiento, la independencia y la fuerza de voluntad de sus clientes. Esa es la meta que tiene presente, independientemente de los objetivos concretos por los que puedan ser contratados. Muchas personas buscan a un coach de vida para que los hagan sentirse mejor pero eso no depende del coach, sino de ellos mismos. Cada persona es responsable de sus emociones y de autorregularse.
Parte del proceso de empoderamiento es descubrir que eres dueño de tu vida y responsable por sus cambios. Deben encontrar su propia visión, y ver claramente en quién quieren convertirse. La lección fundamental que un coach quiere trasmitir es que no necesitas que nadie te salve, puedes y debes hacerlo tú mismo.
Nivel de impacto
Si vivimos solo pensando
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