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La obesidad en la nutrición

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Transcripción La obesidad en la nutrición


El sobrepeso y la obesidad se pueden definir como una excesiva acumulación de grasa o tejido adiposo en el cuerpo. La obesidad es considerada una enfermedad crónica, de complicada naturaleza que constituye un factor que incrementa las posibilidades de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, y ciertos tipos de cáncer. Según la Organización Mundial de la Salud, una persona se considera obesa cuando su índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30 kg/m². El IMC se obtiene dividiendo el peso expresado en kilogramos (kg) del sujeto, por el cuadrado de su altura expresado en metros (m). Aunque las causas de la obesidad son multifactoriales, mediada al menos parcialmente por mecanismos genéticos, en la mayoría de los casos, es el resultado de un desequilibrio energético, entre las calorías que se ingieren y las calorías que se gastan a través de las actividades físicas que se realizan.

Factores de riesgos de la obesidad

Hábitos alimenticios inadecuados: Existen varios hábitos alimentarios condicionados por tradiciones, rigores del trabajo u otras causas que favorecen el sobrepeso y la obesidad. Los más comunes son los siguientes:

  • Hacer comidas muy copiosas al final de la tarde o en la noche.
  • Consumir frecuentemente comidas rápidas que contengan alimentos procesados, comidas fritas, refrescos industriales y dulces.
  • Habituarse a dietas cargadas de proteínas, grasas y carbohidratos, con poca presencia de frutas y vegetales.

Sedentarismo: La disminución de la actividad física reduce el gasto energético del organismo, por lo que si se mantienen los niveles de ingestión de alimentos, se generan excesos de calorías que el cuerpo almacena en forma de grasa. Factores genéticos: Se estima que en muchos casos, la obesidad está condicionada por la intervención de múltiples genes, sin dejar de jugar un papel importante factores no genéticos. La edad: El contenido de grasa aumenta con los años; esta tendencia se puede incrementar si se combina con una disminución de la actividad física y otros trastornos de salud. El sexo femenino: Las mujeres corren más riesgo de padecer obesidad. La mujer adulta joven tiene alrededor de un 5% a un 10% más de grasa que un hombre adulto joven y así se mantienen durante las demás etapas de la vida. El embarazo: Muchas veces las mujeres no logran rebajar el peso alcanzado durante esa etapa, incluso algunas continúan aumentando después de nacido el bebé. La menopausia: Se produce durante la transición menopáusica un incremento en la masa grasa corporal total y en la masa de grasa visceral. Enfermedades: Las enfermedades endocrinas como el hipotiroidismo, la enfermedad celíaca y algunas enfermedades mentales pueden favorecer el sobrepeso y la obesidad. Dejar de fumar: La nicotina provoca falta de apetito; por esa razón, cuando el fumador habitual deja de consumir nicotina, aumentan sus deseos de comer, por lo que puede llegar a incrementar su peso considerablemente. Medicamentos: El consumo de esteroides, antidepresivos y anticonvulsivos pueden provocar el incremento de peso.

Enfermedades asociadas a la obesidad

Artrosis: Es una enfermedad crónica que afecta las articulaciones móviles, provocando rigidez y dolor articular. Se estima que la obesidad cuadruplica el riesgo de padecerla. Apnea del sueño: Es un trastorno que se presenta con mucha frecuencia en personas con sobrepeso u obesidad, y consiste en la interrupción de más de 10 segundos de la respiración, provocando la reducción o detención por completo del flujo de aire hacia los pulmones. Puede producir, entre otros muchos efectos, unas breves interrupciones del sueño que se producen mientras se recupera la respiración normal. Diabetes mellitus tipo 2: Dentro de los factores más importantes en la aparición de la diabetes tipo 2 están la ingesta exagerada de alimentos y la obesidad. Enfermedades cardiovasculares: El sobrepeso y la obesidad incrementan las posibilidades de padecer enfermedades relacionadas con el corazón y los vasos sanguíneos, como pueden ser: la hipertensión arterial, la cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca e insuficiencia venosa. Trastornos urológicos y nefrológicos: La obesidad puede aumentar los riesgos de padecer disfunción eréctil, incontinencia urinaria, insuficiencia renal crónica y el hipogonadismo. Enfermedades gastrointestinales: La obesidad aumenta el riesgo de padecer reflujo gastroesofágico, colelitiasis e hígado graso. Varios tipos de cáncer: La obesidad puede favorecer la aparición de cánceres de mama, de ovario, de riñón, de páncreas, de esófago, de colon y de recto.

Prevención de la obesidad

Como en muchas otras enfermedades, el papel de la prevención es fundamental; esta debe comenzar desde niño, ya que los pequeños que sufren sobrepeso son mucho más propensos a padecer obesidad en la edad adulta. Las causas de la obesidad que pueden ser modificadas son las siguientes: Los hábitos alimentarios: La alimentación recomendable para evitar la obesidad puede variar para cada persona, atendiendo a su edad, actividad física que habitualmente desarrolle, sexo y padecimientos. Sin embargo, de manera general se recomiendan las siguientes medidas:

  • Hacer cuatro o cinco comidas al día poco copiosas y variadas.
  • La comida más nutrida debe ser el desayuno.
  • La cena debe ser muy ligera.
  • Evitar la ingestión de bebidas alcohólicas.
  • Las dietas deben contener frutas y vegetales frescos, cereales integrales, pescados, carnes magras, frutos secos, semillas, aceites de oliva, aceites de girasol y lácteos bajos en grasa.
  • Evitar en las dietas la sal común, los embutidos, la comida procesada, los refrescos, bollería y otros productos industriales.

Actividad física: La actividad física ayuda a prevenir muchos trastornos de salud como las enfermedades cardíacas y la obesidad. Su práctica es recomendada en todas las etapas de la vida, pero también implica algunos riesgos para la salud, por lo que es recomendable adaptar el ejercicio a las capacidades físicas de cada organismo, y en caso de sufrir algún padecimiento, consultar al especialista para que nos recomiende las actividades a realizar.

Recomendaciones para el tratamiento de la obesidad

Los tratamientos para la obesidad tienen como objetivo ayudar a alcanzar y mantener un peso saludable, por lo que, de acuerdo a las características individuales de cada paciente, se deben seguir diferentes metodologías que deben cumplir ciertos principios comunes a todas. Dentro de los principios más importantes están los siguientes:

  • Modificar las conductas alimentarias y el estilo de vida.
  • Controlar las ingestas diarias de calorías.
  • Realizar actividades físicas que favorezcan el gasto de calorías.
  • El proceso de reducción de peso debe ser gradual y controlado.
  • No optar por dietas que prometen resultados a muy corto plazo.
  • Siempre deben estar dirigidas y controladas por personal especializado.


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