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Tipos de coaching

2024-04-05

El coaching se aplica prácticamente en cualquier sector. Es una tendencia importante en la actualidad. Una profesión que no para de crecer y expandir su campo de acción. El coaching puede ser aplicado de forma individual, grupal o en equipo.

Puede clasificarse de diferentes formas:

  • Atendiendo al modelo o corriente: humanista, práctico u ontológico.
  • Atendiendo al método: programación neurolinguística (PNL), inteligencia emocional, sistémico, cognitivo conductual, ontológico, coercitivo.
  • Atendiendo al área: personal o de vida, deportivo, educativo, organizacional o de negocios, entre otros.

Corrientes del coaching

Hay varias corrientes de pensamiento, modelos teóricos, estilos o escuelas (como se quiera decir) que pautan el tono de la metodología seguida por el coach y el coachee en sus sesiones. Tiene que ver con la visión que tengan del ser humano y de cómo creen que se puede obtener los mejores resultados, o sea la filosofía que quieran seguir.

Las tres corrientes fundamentales o más conocidas son:

  • Coaching humanista (Europa): es un estilo no directivo, acompaña más que guía. Confía en el potencial de la persona y su capacidad para tomar las decisiones que mejoren su vida. Está centrada en el ser humano y el conjunto de valores, creencias y normas que lo conforman. La metodología aplicada con este estilo se asiste a la persona sin asumir su responsabilidad, dejando que se desarrolle y aprenda.
  • Coaching práctico americano (EUA): es el enfoque más directivo, como su nombre indica tiene una visión más pragmática de la naturaleza humana. Hace énfasis en los resultados, en la autoestima y en las motivaciones de la persona. Prioriza la práctica y promueve la acción poniendo a prueba las capacidades de la persona.
  • Coaching ontológico (Sudamérica): es menos directiva que la anterior, no se enfoca solo en alcanzar metas sino en lograr un cambio profundo en la persona. La ontología del lenguaje es fundamental pues utiliza las conversaciones, el lenguaje corporal y los propios conceptos de la persona para favorecer la reflexión y el entendimiento, e intervenir positivamente para que cambien su perspectiva, amplíen sus posibilidades y tomen acciones diferentes.

El proceso de coaching por tanto puede ser más directivo o menos directivo dependiendo de la escuela en que el coach se forme o sienta más afinidad. Independientemente de que en cada metodología se pueden aplicar disímiles técnicas y herramientas según los métodos con los que se trabaje, y sobre todo teniendo en cuenta la personalidad del cliente y sus necesidades.

Métodos de coaching

Atendiendo a los métodos el tipo de coaching puede ser:

  • Coaching de programación neurolinguística (PNL): trabaja en el cambio de conductas a partir de la interpretación y la relación que la persona tiene con la realidad, enfocándose en el lenguaje. Utiliza un conjunto de técnicas que modifican la forma de pensar de la persona teniendo en cuenta como procesan la información recibida por los sentidos, a su percepción y a como se expresa.
  • Coaching de inteligencia emocional: trabaja en la identificación y autorregulación de las emociones para alcanzar el bienestar y la autorrealización. El entendimiento de las emociones nos permite interpretar las situaciones, conocer por qué tomamos ciertas decisiones y nos ayuda a entender también el comportamiento de los demás. Es muy útil para mejorar las relaciones interpersonales.
  • Coaching sistémico: está orientados a los resultados, relaciona a la persona con su entorno, como un elemento dentro de su círculo de acción (sistemas interrelacionados) y no como un ente aislado. Analiza el impacto de las acciones realizadas por la persona, la causa/efecto y a la vez como influyen los cambios del exterior en su comportamiento.
  • Coaching ontológico: toma como punto de partida la observación del lenguaje corporal y verbal de la persona, sus emociones y procesos lingüísticos. Utiliza las conversaciones, preguntas poderosas y diferentes herramientas de comunicación para ampliar los conceptos y descubrir posibilidades. Hace énfasis en optimizar el lenguaje modificando la forma en que se expresa la persona y por lo tanto su comportamiento.
  • Coaching cognitivo conductual: analiza cómo se procesa la información. La forma en que los pensamientos influyen en nuestras decisiones y comportamientos, y como reaccionamos a lo que nos acontece. Trabaja para cambiar la conducta a través de un cambio de pensamiento y actitud ante los obstáculos. Su propósito es entrenar las capacidades cognitivas de la persona relacionadas con la memoria, el aprendizaje y la forma de pensar para así modificar su comportamiento y forma de enfocar las situaciones.
  • Coaching coercitivo: utiliza técnicas agresivas con un alto impacto emocional y experiencias de superación extremas que llevan a la persona al límite para conseguir una transformación profunda. Es muy polémico, altamente manipulativo y no está regulado legalmente.

Tipos de coaching según su área de aplicación

Con el tiempo han surgido diferentes tipos de coaching y se han ido especializando atendiendo a su área de aplicación.

Algunos ejemplos son:

  • Coaching de vida: prioriza el bienestar de las personas y el equilibrio entre las distintas áreas de su vida. Pone énfasis en el desarrollo de habilidades para abordar exitosamente situaciones cotidianas y en estrategias que permiten cumplir los proyectos de vida que se desean.
  • Coaching educativo: crea condiciones, estrategias y habilidades para el proceso de enseñanza - aprendizaje y así favorecer el crecimiento personal. Abarca a profesionales, estudiantes y familiares.
  • Coaching deportivo: trabaja en el desarrollo integral de la persona para que despliegue su potencial. Trabaja en aspectos como la motivación, confianza y liderazgo. Ofrece las herramientas y técnicas para superar miedos, bloqueos y distracciones. Incluye el trabajo en equipo. Se trabaja de conjunto con los entrenadores.
  • Coaching organizacional o de negocios: también se conoce como coaching empresarial. Puede estar dirigido al aumento de la productividad y al trabajo en equipo (a nivel organizacional), o a desarrollar el liderazgo, mejorar la comunicación y relaciones interpersonales (a nivel ejecutivo). Su propósito es aumentar el rendimiento de las empresas a partir de mejorar el desempeño de sus empleados y del proceso de toma de decisiones.

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