Transcripción Crea el plan de acción a través del coaching
La creación de un plan de acción sólido es una piedra angular para convertir objetivos en acciones concretas y alcanzar resultados significativos. En el ámbito del coaching de liderazgo y trabajo en equipo, el proceso de desarrollar un plan de acción cobra una importancia fundamental para dirigir a los miembros del equipo hacia el logro de sus metas.
El plan de acción, en esencia, es un documento que detalla las tareas necesarias para completar un objetivo específico. Sirve como una hoja de ruta que descompone el proceso en pasos concretos, estableciendo un cronograma y definiendo las asignaciones necesarias para avanzar. Un plan de acción sólido proporciona una visión panorámica y ayuda al coach/líder a guiar al equipo eficientemente en cada etapa del proceso.
La utilidad de un plan de acción es amplia, sirve tanto para planes individuales de mejora del desempeño como para la dirección de la organización o la gestión de proyectos.
Un plan de acción:
- Proporciona dirección: traza un camino claro hacia el objetivo deseado, organizando las tareas relacionadas según su prioridad.
- Contribuye a supervisar el progreso: Esto permite mantener el proyecto dentro de los plazos previstos y, en caso necesario, dentro del presupuesto.
- Promueve la colaboración con otros: es una referencia para visualizar quién está haciendo qué en cada proyecto, e identificar a los responsables de cada tarea, lo que ayuda a prevenir incumplimientos y resolver problemas.
Pero no se debe perder de vista que estamos utilizando el coaching para crear el plan de acción, y esto significa que la participación y conformidad del coachee son fundamentales para conseguir los resultados extraordinarios que buscamos. Esto se logra a través de la conversación y el entendimiento.
Para esto hay dos elementos clave que diferencian el proceso de la gerencia tradicional. Estos son:
- Garantizar la colaboración del coachee: en una reunión de coaching, es útil explorar varias opciones posibles con el cliente con el propósito de que se sienta involucrado y poder generar acciones. Esto refuerza el concepto de colaboración y asociación entre el coach y el cliente. Después de evaluar las opciones y filtrarlas, se analizan diversas alternativas para avanzar. La sesión se cierra con preguntas de resumen para reforzar lo discutido y confirmar lo que el cliente se ha comprometido a hacer.
- Garantizar el compromiso del coachee: esto es crucial para la ejecución de las acciones. Esto se logra a través de preguntas específicas y abiertas, donde el cliente pueda expresar por ejemplo, lo que le interesa más de la propuesta, como la llevaría a cabo, por donde empezaría o el tiempo que necesita. El coach debe observar tanto las respuestas verbales como el lenguaje corporal del coachee para medir su nivel de conformidad y compromiso. Establecer un sentido de responsabilidad mutua es esencial para mantener la motivación y el progreso constante.
Si bien la creación de un plan de acción puede parecer desafiante, el esfuerzo inicial vale la pena, nos ayuda a mantener el enfoque en etapas posteriores. Una vez definidas las acciones a ejecutar y sus pormenores durante la reunión, se procede a registrarlo formalmente. Utilizar un formato simple puede proporcionar claridad y estructura.
Entre los elementos clave que usualmen
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