Escucha activa. Tipos de preguntas

La comunicación efectiva es un pilar en el coaching, y las relaciones humanas en general. Pero en esta disciplina toma especial relevancia. No se trata solo de lo que se dice, sino de cómo se escucha y se formulan las preguntas.

La escucha activa implica estar presente en la conversación y comprender no solo las palabras, sino también las emociones y las intenciones subyacentes del interlocutor.

Requiere un compromiso genuino por parte del oyente, implica hacer preguntas adecuadas. La importancia de las preguntas radica en su capacidad para dirigir la conversación y llevarla hacia una dirección específica.

Las preguntas poderosas son aquellas que incitan a la acción y están diseñadas para conducir hacia un objetivo. Las preguntas poderosas se enfocan en el rendimiento y el comportamiento, lo que lleva al coachee a considerar acciones concretas.

Distinguir entre preguntas abiertas y cerradas es esencial:

• Preguntas abiertas: Estas preguntas invitan a una respuesta detallada y descriptiva. Comienzan con palabras como "¿qué?", "¿cómo?" o "¿por qué?" y fomentan la expansión de ideas y pensamientos.

• Preguntas cerradas: Estas preguntas suelen tener respuestas breves, como sí o no. Son útiles para obtener información específica o confirmar hechos.

Las preguntas poderosas pueden ser formuladas de forma abierta o cerrada pero tienen un mayor impacto si son abiertas. Ya que una pregunta poderosa guía a la reflexión y al análisis interno, y para eso el coachee necesita espacio para expresarse. Es obvio que con respuestas a preguntas cerradas (básicamente sí o no) se limitan las opciones y puedes tardar mucho más para llegar al fondo de una situación.

Al formular preguntas abiertas, es importante considerar cómo se siente el cliente, ya que las emociones juegan un papel crucial en la toma de decisiones y en la acción. Las preguntas abiertas pueden revelar los problemas reales detrás de las presentaciones superficiales y desencadenar conversaciones significativas.

No tienen que ser complicadas, puede ser tan simple como: Qué es lo que más disfrutas de este proyecto, o Cómo te sentirás cuando consigas esta meta, o Háblame sobre tu desempeño esta semana.

Alguien puede presentar un problema que no es el verdadero asunto en cuestión, y aquí es donde las preguntas abiertas entran en juego para desentrañar la causa raíz. Hacer una serie de preguntas abiertas puede llevar al coachee a explorar más profundamente su perspectiva y encontrar soluciones más efectivas.

Estas preguntas abiertas invitan al cliente a compartir pensamientos más profundos y detallados, lo que ayuda a obtener una comprensión completa de su perspectiva y situación. Las preguntas poderosas, por otro lado, tienen la capacidad de catalizar el cambio y el crecimiento. Al guiar la conversación hacia áreas específicas de mejora, estas preguntas incitan a la acción y fomentan el desarrollo personal y profesional.

La forma en que planteas preguntas puede influir en la profundidad y calidad de las respuestas que recibes. Utilizar diferentes tipos de preguntas en el proceso de coaching puede ayudar a explorar ideas, desafiar suposiciones y fomentar la reflexión.

Estas, como hemos visto pueden ser abiertas o cerradas y pueden utilizarse para abordar muchos de los tópicos incluidos en este curso:

• Preguntas de clarificación: se utilizan para aclarar detalles o comprender mejor lo que el coachee ha dicho. Ayudan a evitar malentendidos y confusiones.

• Preguntas de reflexión: invitan al coachee a reflexionar sobre sus experiencias, pensamientos y emociones. Fomentan la autoconciencia y la exploración profunda.

• Preguntas de exploración: se utilizan para investigar más a fondo un tema o problema en particular. Ayudan a profundizar en las capas subyacentes y a considerar diferentes opciones y enfoques. Fomentan la creatividad y la toma de decisiones informada.

• Preguntas de desafío: desafían suposiciones y creencias. Pueden ayudar al coachee a ver una situación sin prejuicios y desde diferentes perspectivas.


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