Obtén retroalimentación de tus clientes
Durante el desarrollo de la presente guía estaremos abordando el tema de la retroalimentación a la hora de relacionarnos con nuestros clientes, para obtener la información que precisamos con el objetivo de perfeccionar y adaptar nuestras estrategias hacia ellos. La retroalimentación en el desarrollo de nuestras relaciones interpersonales y profesionales juega un papel esencial en la forma en que somos capaces de ayudar a otras personas y ser más precisos en nuestras recomendaciones.
Es por ello y que tomando en cuenta la significación que posee la retroalimentación para el desarrollo de todo coach, dedicaremos el siguiente análisis a algunos aspectos básicos que giran en torno a esta.
¿Qué es la retroalimentación?
La retroalimentación es una habilidad de gran impacto a la hora de obtener información valiosa de nuestros clientes, que nos permite adquirir conocimientos imprescindibles para adaptar nuestras estrategias y hacerlas más efectivas para la satisfacción de los intereses de este.
La retroalimentación se lleva a cabo mediante el intercambio comunicativo con otra persona, a la cual le haremos llegar un mensaje y le solicitaremos que nos comparta sus impresiones y opiniones sobre el mismo. Aplicar esta estrategia demanda del coach cierto desarrollo de sus habilidades comunicativas, ya que se requiere que se genere una conversación sobre el plano de igualdad, que brinde el espacio necesario para que el cliente pueda expresarse con total libertad.
Considerar la visión del cliente
Una vez que hemos comenzado nuestra sesión de coach, debemos enfocarnos en conocer e identificar cuál es la visión del cliente sobre cada uno de los puntos que estamos abordando. La mejor manera de obtener buena retroalimentación durante la sesión, es permitirle a nuestro cliente que se exprese con total confianza y comparta sus opiniones sobre cómo él actuaria en determinada circunstancia.
Si el cliente acude a ti solicitándote recomendaciones sobre un tema en particular, debes exponer tu punto de vista desde tu experiencia personal, pero sin impedir que el cliente también comparta el suyo. Esto te permite considerar las opciones de actuación desde un plano más abierto, donde es probable que logres incorporar algunas acciones propuestas por el cliente y que se adapten a la solución más certera.
Cuando incorporas aspectos que han sido identificados por el cliente, se configura una propuesta de acción que resultará más accesible hacia las características personales de este. De esta forma se elaboran estrategias más adaptables sin descuidar los aspectos esenciales que configuran su grado de efectividad e impacto.
Planifica junto a tu cliente
Muchos coach cometen el error de ofrecer soluciones y estrategias a seguir fundamentadas en su experiencia personal y profesional. Si bien es cierto, que el motivo fundamental por el cual el coach es solicitado y contratado por su cliente, es porque el mismo posee conocimientos superiores sobre cómo lidiar con determinadas situaciones, esto no quita que el cliente pueda descubrir su potencial y aportar grandes ideas a la hora de planificar los pasos a seguir y las soluciones a los distintos problemas.
Desde la experiencia del coach y la visión del cliente, se pueden generar ideas mucho más completas y eficaces. No se debe subestimar la visión que pueda poseer el cliente, ni actuar con aires de superioridad que conlleve a perjudicar los intereses de quien nos contrata para su beneficio. Trabaja junto a tu cliente y sé un apoyo para él, pero permitele formar parte de las soluciones aportando sus ideas, planteamientos y perspectiva sobre cada tema en concreto.
Educar al cliente no se basa en decirle qué tiene que hacer y cómo hacerlo. La idea es que el coach interactúe mediante sesiones de autodescubrimiento, que ayuden a despertar todo el potencial oculto del cliente.
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