Transcripción La técnica de reencuadre
Las ideas irracionales y los componentes cognitivos (lo que pensamos) influyen de gran manera en la propia capacidad y en los procesos de cambios. Por tanto, el trabajo sobre estos puntos es muy común en el coaching, que supone aprender a pensar racionalmente la manera de verse a si mismo, a los otros y la vida en general.
Mediante algunas técnicas se pueden reencuadrar las creencias negativas en el proceso de cambio y neutralizar distorsiones cognitivas que limitan o dificultan el proceso.
Por ejemplo: Una persona mientras espera su cita con el nutricionista puede pensar: “Nada ni nadie podrá ayudarme”, o alguien se pesa después de comenzar a incluir cambios en su dieta y nota que no ha bajado ni un kilo, puede pensar que es un total fracaso, y esa conducta puede llevarlo a abandonar el proceso de cambio.
La técnica de reencuadre consiste en brindar a una persona un nuevo marco para analizar su problema, le permite cambiar su punto de vista cognitivo, perceptivo y emocional, descubriendo nuevas posibilidades que no podian ver anteriormente.
Permite además, salir de los bloqueos que impidan los procesos de cambios. Interpretamos la realidad a partir de un marco de referencia y la misma acción puede tener significados distintos para determinadas personas. Generar un reencuadre es en realidad generar una nueva forma de interpretar las cosas.
Con un nuevo marco, el individuo puede percibir la realidad de manera distinta, actuar con otro perfil, puede reinterpretar lo ocurrido, manejarse con opciones más favorables. En resumen, este recurso se emplea con el ánimo que el individuo “vea las cosas de manera diferente”, “Tome en cuenta otros factores”, “reenmarcar los factores dándole un significado útil o favorable”.
Se pueden romper esquemas que han venido operando desde la infancia. Claro que no significa negarlo todo y poner un filtro a la realidad para verlo todo color rosa, eso sería negar el problema y evitar que se afronte, se trata de buscar un nuevo enfoque, modificar los “mapas internos”, que amplien los espacios para el cambio.
Tras el reencuadre, no cambia los hechos concretos, pero si el sentido atribuido a la situación. Esto se logra a través de preguntas efectivas y partiendo de la subjetividad del cliente, posibilitando puntos de vista totalmente nuevos a la situación y que el cliente la perciba de forma diferente.
Es necesario guiar al cliente en el ejercicio de identificar, a partir de sus autoconversaciones mentales, las distorsiones y las creencias que las provocan, proponiéndole el reto de “dudar de ellas” y aumentando así creencias de autoeficacia.
Las creencias y cogniciones en ocasiones están tan arraigadas y profundas, que frecuentemente las personas ni se las expresan a si mismas, ni tampoco se tiene consciencia de ellas. En cuanto se comience a confrontar esas cogniciones, el cliente podrá desarrollar formas alternativas de conducta. De esta man
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