Transcripción La percepción de la realidad (II)
Hemos visto la importancia del aprendizaje, así como el papel del autoconocimiento en la consecución de objetivos reales y resultados duraderos. Además, la inescrutable relación que se aprecia entre el hábito y la motivación positiva como energía revitalizadora del progreso y los nuevos retos, dato a tener en cuenta si persistimos en nuestro papel de facilitadores o coach de vida. Cosa que puedo continuar afirmando ya que aún sigues en este curso, ¿no?
El hecho de que otros entiendan su concepto de la realidad, nos ofrecerá una amplia gama de saberes y poder gratificante: crecer como personas y por qué no decirlo trascender como almas, aunque claro, esto es una opinión personal. ¿Lo ves? Puro sesgo subjetivo.
La realidad es una imagen que construimos basada en la experiencia y desarrollo de vida. Existen los caballos, obvio, pero el criterio y las experiencias que tengamos de ellos o con ellos es lo que completará nuestro sentido estricto de esa palabra: caballo. Sobre esta base podemos inferir que cuando discutes con tu pareja, dejas de ser solo tú y la otra persona. Entra en juego la guerra de egos. El margen de percepción estrecho de dos seres que solo hablan desde lo que han vivido.
Y es entonces cuando juzgas a un amigo por tratarte mal, le das la espalda y te vas. Siquiera supusiste que ese fue el peor día en su vida. Lo único que hiciste fue condenar su comportamiento. Así de básico. Esa persona no merecía estar en tu vida, ¿verdad?
El error de suponer.
¿Y qué fue de ese plato que rompiste? Tu madre gritando a viva voz mientras tu padre maldecía lo torpe que eras. Aun así no te preguntaron el motivo de la torpeza. Lo dieron por sentado. Eres torpe.
Tendemos a excusar nuestro comportamiento pero la gran mayoría de las veces somos incapaces de ponernos en el lugar de otro. Solo nos reímos y suponemos: "A lo mejor estaba cansado" y entonces queda solo el rezago de una empatía fría y superficial que no nos lleva a ningún lugar.
Esperas que una persona te ayude cuando tienes un problema, esperas que tu madre se retuerza de felicidad cuando le comentes que llevas dos semanas sin beber. A veces solo esperas, y eso también es culpa tuya. Es una realidad que percibiste tú solo. No es que no exista, es que la elaboró tu cabecita de una forma tan específica que del uno al diez, el nueve se acerca con una ventaja de 1,000,001 millas de distancia a la verdad.
Las creencias.
Y luego están esas creencias que no cuestionamos: ¿novio que no tiene amiguitas? Raro. ¿Mujer que no discute? Más raro. Entonces nos volcamos de a fondo en cada detalle. ¡Porque no es posible que tu novio sea perfecto! Y es ahí cuando vienen las decepciones. "El que busca termina encontrando". ¿Te suena el dicho?
La mayoría de las veces decepcionarse es una bendición, por el hecho de quitarte la venda de los ojos y VER tu realidad. Antes solo creías verla. Existe un mundo más allá de nuestras narices, mundos iguales de plausibles que el nuestro.
Si te gusta la psicología sabrás que un precepto esencial es: "conócete primero a ti mismo", y esto es porque no hay mejor rata de laboratorio que ese que te devuelve la mirada en el espejo. Perdón por llamarte rata. Alguna que otra vez te preguntaste: ¿por qué hice eso? Mientras intentabas entenderlo sin explicación alguna. A partir de ahora, siempre que alguien se acerque a ti para desahogarse o simplemente para preguntarte la hora en el bus rebusca dentro de él. ¿Qué dice? ¿Qué deja de decir con su mirada? ¿Cómo piensa? ¿Cómo reacciona? ¿Qué cree del mundo?
Embriágate de la perspectiva de todo aquél que encuentres en tu universo. Ve más allá de una emoción genuina y natural. Sea lo que sea que te estén diciendo céntrate en la emoción de cómo lo están transmitiendo. Descubre su esencia con la pasión que desborda la alegría en su voz.
Las emociones tienen una menor duración en el tiempo. Puedes emocionarte veinte veces al día, o puede que presentes varias emociones en respuesta a una llamada telefónica, una visita al circo o una decepción amorosa. Las emociones tienden a reflejarnos a nosotros mismos, lo que pensamos y lo que creemos.
El poder de las emociones.
Albert Bandura, psicólogo en aprendizaje social, reconoció que si recompensas positivamente una acción tuya, surte el mismo efecto, o más, que una reforzada por leyes externas. Es decir, si suelo incentivar en mí mismo la alegría que se obtiene de terminar una rutina de ejercicios, lograré quizás adoptar el tono muscular que añoro, no siendo así si la única motivación para comenzar mi dieta es que me llamen "gordo".
No te impongas metas demasiado altas de golpe. Se trata en un inicio, de comenzar a confiar en ti. Si es muy tedioso acostarte temprano, intenta entenderte. Creaste un hábito anteriormente sin haberlo deseado. Te habituaste a cambiar tus horas de sueño. Con el tiempo, llegarás a un nivel intermedio de dificultad y te podrás divertir a la par que enseñas a otros que recién comienzan. ¡Doble aprendizaje para tu cerebrito! ¿Recuerdas la línea fina del hábito? Ya estará más engrosada, porque has practicado una y otra vez. Con el tiempo, llegarás a un nivel intermedio de dificultad y te podrás divertir a la par que enseñas a otros que recién comienzan. ¡Doble aprendizaje para tu cerebrito! ¿Recuerdas la línea fina del hábito? Ya estará más engrosada, porque has practicado una y otra vez.
¿Sería una enfermedad desenredarte el pelo porque una ráfaga de viento te lo enredó? Sería lo mismo, las emociones se convierten en respuestas de nuestro entorno.
Atrévete a pensar igual que: Daniel Goleman, psicólogo estadounidense que popularizó el término Inteligencia Emocional. Decía que debíamos potenciar estos elementos: autoconciencia, autorregulación, motivación, empatía y habilidad social.
¿Te suenan de algo esas habilidades como futuro coach? ¿Sabías que vibrando en emociones positivas eres capaz de atraer casi todo lo que te propongas?
El truco no está en dejar de pensar cosas desagradables. Siempre existirán esos pensamientos rebeldes de destrucción masiva, pero una emoción conciliadora que acepte, sonría y diga "estoy bien", disipará todo lo malo.
Por tanto, cuando, en tu proceso de entrenamiento, tengas que ayudar a alguien debes entender que las personas hablan desde sus propias vivencias y emociones. Tu deber no está en criticar o eliminar esas predisposiciones. Al fin y al cabo, acuden a ti por estar "atado" a esas creencias. Mente cerrada, preguntas sin respuestas. Mentes que creen que el pasado les perseguirá allá donde vayan.
Tu función será enseñarle a razonar sobre el propio autoconcepto que tienen de ellos mismos, en deducir nuevos campos de pensamientos y acción. Y dejar claro el enigma del tiempo: tienes la capacidad de modificar tu presente, siempre y cuando actúes.
Te terminarás convirtiendo en eso que dices que eres. Victimizarte solo agrava el problema. Nuestra atención se dirige hacia lo que no queremos que suceda. No quieres más deudas. No quieres engordar. No quieres morir soltera. No quieres comprometerte con nadie. ¿Te das cuenta de la negativa que supone todas esas frases? Eliminemos el "no". ¿Qué queda? Afirmaciones que solo dan lugar a miedos. Y… ¿qué pasa cuando tienes miedo?
Intentas protegerte, pero muchas veces esa protección te adentra en una especie de bucle y el miedo atrae de vuelta eso que repudias. Entonces, no quieres morir soltera, pero te niegas a cambiar ese carácter de vinagre que tienes, no quieres tener más deudas pero dedicas todos los días a jugar y beber como si no hubiera un mañana. ¿Ves la concordancia en tus hechos? Estás dirigiéndote justo hacia aquello que no quieres. Las personas se acercarán a ti no porque tú sepas escuchar o estés en la disposición absoluta de ayudar, sino porque sabrás cómo indagar y razonar.
Tu pasado no te define.
Muchas veces esa persona que vas a ayudar se da cuenta de la magnitud del problema pero presenta una negación al cambio tan fuerte, que le imp
percepcion realidad 2