Transcripción Introducción al curso decoración interiores
La preocupación por la decoración de los espacios del hogar, aunque ya hace bastante tiempo dejó de ser exclusiva de las clases adineradas, pasó a ser prioritaria para muchisimas personas cuando apareció de manera repentina el coronavirus; situación que llevó a la mayoría de las familias a permanecer confinadas en sus casas, obligándolos a adecuar sus espacios para sentirse mejor mientras continuaban trabajando, estudiando, ejercitándose fisicamente o simplemente combatiendo la consternación.
Este curso se creó con la intención de facilitarles a muchas personas con conocimientos y presupuestos diferentes, los elementos necesarios que les permitieran descubrir nuevas maneras de combinar los variados ingredientes de la decoración de interiores, en la creación de espacios más confortables y atractivos, que estén conectados con sus sentimientos y les provoquen bienestar y satisfacción.
Aunque se puede llegar a ser un buen decorador si te empeñas en estudiar y cultivar tu espíritu a través de la apreciación de obras de arte, la lectura, la compañia de personas sensibles, etcétera; existen ciertas condiciones innatas que multiplicaran tu crecimiento y progreso como decorador. A continuación te mencionaremos algunas cualidades que tal vez ya sabias que poseias y otras que después de conocerlas, te parecerán también muy familiares.
Aptitudes innatas para la decoración
- Manifestar una sensibilidad especial por lo artistico o lo estético que te impulse a contemplar, interpretar, imaginar y valorar todo lo que te rodea con una mirada diferente.
- Buscar, descubrir y resaltar la belleza en todas las cosas que haces, haciendo que las demás personas logren también percibirla.
- Tener visión para estimar las distancias, el tamaño, la orientación y la proporción correcta de los objetos y los espacios en diferentes situaciones.
- Poseer la capacidad de captar con facilidad los gustos y preferencias de las demás personas, facilitándote la posibilidad de influir de manera afectiva en sus sentimientos y decisiones.
- Tener habilidades naturales para la representación de objetos que combinen líneas, figuras u otros elementos. Salto de página.
¿Qué conocimientos debes adquirir para convertirte en un decorador de interiores?
- Conocer los efectos que provocan en la decoración la modificación de cualquiera de los elementos que la componen: el espacio, las líneas, la forma, la luz, el color, la textura y el estilo.
- Conocer y combinar las características de los principales estilos de decoración que han existido a lo largo de la historia de la humanidad.
- Dominar técnicas del dibujo que le permitan confeccionar representaciones preliminares donde se especifiquen las dimensiones de los espacios, la distribución de objetos, la luces, etc.
- Emplear herramientas informáticas e internet para lograr presentaciones más profesionales de su proyectos.
- Conocer las propiedades y los usos de los distintos materiales y dispositivos empleados en la decoración así como los costos de éstos y otras valoraciones económicas pertinentes.
- Dominar y tener en cuenta los códigos y las normas generales para la decoración de los diferentes espacios interiores de casas, edificaciones comerciales, etcétera.
Principales diferencias entre las competencias laborales del decorador de interiores y el diseñador de interiores o interiorista
La principal diferencia radica en que los diseñadores de interiores requieren de una serie de estudios más amplios sobre conceptos arquitectónicos, que les permitan realizar reformas estructurales interiores más complejas, como serían la eliminación o colocación de paredes sólidas, las reformas profundas en el sistema eléctrico, la conversión de habitaciones en cocinas, o baños, etc. Estos profesionales podrían proponer también, muebles, colores, texturas y formas de iluminación convenientes, pero esta no sería su prioridad.
En cambio los decoradores estarian capacitados para la selección e instalación de los diferentes elementos decorativos de un espacio interior concreto, comprometidos sobre todo con el valor estético final.
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