No dañes su autoestima

Desde que nacemos intentamos comunicarnos con cualquier recurso, pero es necesario aprender un lenguaje común para lograrlo.

El principal reto durante el proceso es saber identificar cuando no lo hacemos adecuadamente y nos vemos en la tarea de modificarnos. Si estamos inmersos en la dinámica comunicativa adulta e intentamos enseñarla a nuestros hijos, debemos ajustarnos a la capacidad asimilativa de su edad. Recordamos que la infancia se caracteriza por el desconocimiento del mundo adoctrinado y sus esquemas. Es una etapa de aprendizaje constante donde no debemos subestimar su inteligencia o dañar su autoestima.

El fracaso.

A los niños no les suele agradar intentar cosas en las cuales han fallado y por tanto resultará difícil darse una segunda oportunidad. Nuestra tarea es garantizarles una primera experiencia favorable para su memoria de aprendizaje.

Ellos reconocen mediante sensaciones el tipo de suceso, marcándoles levemente la idea de fracaso o aprobación en su psiquis neuronal. La sensación de fracaso puede determinar sus gustos o límites entre lo que quieren y lo que pueden obtener. La parte negativa es que pueden desarrollar la idea de rechazo ante la propia idea de fracaso, manteniéndoles al margen de una cierta incapacidad que aún no conocen. A tempranas edades no somos conscientes de cómo logra la sensación de fracaso crear sedimentos para la autoestima de nuestros hijos.

La dinámica de la autoestima.

La autoestima es un detalle psicológico que se va perfilando desde la infancia, y los adultos influimos en cuán positiva o saludable puede ser para un niño. La mejor manera de cultivar la autoestima sana es mediante juegos de participación activa.

Estos ayudan a fortalecer la confianza, la independencia y una mejor interrelación en actividades sociales. La autoestima siempre termina influyendo en el éxito para la vida adulta que es asumida como un juego desde la visión primaria.

Proceso de asimilación.

El proceso de asimilación durante la infancia es la parte más importante del conocimiento pues demuestra de qué manera se comprende el entorno. Los pequeños, mediante la correcta asimilación incorporan información nueva a su conocimiento.

En muchas ocasiones nos dirigimos a ellos pero no dan muestra de respuestas, esto es porque toman su tiempo para procesar internamente varios estímulos a la vez. Necesitamos tener paciencia y dedicación ya que detalladamente escuchan y responden a su momento. Los procesos de asimilación de la información no son iguales para todos los niños, debemos saber que unos son más despiertos y otros más reflexivos con su realidad.

El acceso.

Es importante durante la infancia no hacer sentir a los niños como incapaces o incompetentes de realizar acciones simples. Una interacción sencilla con su entorno, como alcanzar un juguete o intentar ponerse de pie cuando aún no dominan el equilibrio es normal a tempranas edades.

Primero les damos acceso a sus necesidades intuitivas y luego estos las reconocen como útiles para su desarrollo. Si les limitamos el acceso a una experiencia por temor a que n

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