Transcripción La Culpa: Cómo Afecta la Crianza
Las acciones negativas tienen un impacto significativo en la salud emocional de los niños, adolescentes y jóvenes. Culpar o regañar de manera excesiva o inapropiada, puede afectar a la autoestima y confianza, haciéndolos sentir juzgados o rechazados.
Para evitar esto, es preciso comprender la diferencia entre culpar y regañar. Culpar implica asignar responsabilidad por un error o problema a alguien más, mientras que regañar implica corregir un comportamiento inapropiado. Al tener lo anterior en cuenta, podemos sentar las bases para una educación exitosa.
Estrés.
La exposición a situaciones que provocan emociones negativas puede aumentar los niveles de cortisol, una hormona asociada con el estrés. Como resultado, podemos experimentar comportamientos agresivos o un miedo constante ante estímulos que normalmente no nos afectarian.
Incluso eventos pequeños, como un lápiz que se rompe o no recibir atención en un momento especifico, pueden provocar reacciones desproporcionadas. Bajo estrés, la corteza prefrontal, encargada de las funciones cognitivas, se desactiva y las emociones toman el mando. Esto afecta nuestra habilidad para tomar decisiones conscientes y planear para el futuro.
En vez de reflexionar y pensar criticamente, nos volvemos vulnerables a cualquier cosa que suceda a nuestro alrededor, independientemente de si haya riesgos reales en el entorno o no.
Respuestas emocionales.
Supón que oyes un estruendo en la cocina y te apresuras hacia allí temiendo lo peor. En efecto, tu hijo acaba de destrozar tu preciada colección de platos. Sin necesidad de decir nada, él percibe tus emociones y su cerebro activa la amigdala, el centro de procesamiento emocional del cerebro.
La amigdala evalúa preguntas relacionadas con la supervivencia: ¿Está enojada mi madre? ¿Intentará lastimarme? ¿Cómo me afectará? ¿Debo huir o responder con agresividad?
Al ver tu colección en el suelo, tu primera reacción fue agredir verbalmente a tu hijo con palabras hirientes. ¿Pero es justo decirle cosas como “me arrepiento del día que te traje al mundo”? ¿Somos conscientes del impacto que estas situaciones pueden tener?
En un momento puntual puede parecer justificado desahogarnos, pero no deberíamos recurrir regularmente a esta reacción. Por el bien de ambos, es mejor tomarse un momento para recuperar la calma y luego actuar.
El error.
Nuestra cultura y sociedad influyen en cómo percibimos y respondemos a los errores. A menudo se nos enseña que cometer un error es algo malo y que debemos culpar a los demás en lugar de responsabilizarnos, aceptar y aprender.
Algunas estrategias efectivas para evitar el uso de la culpa en la educación de nuestros hijos es fomentar una comunicación abierta y honesta. También podemos enseñarles a aceptar los pequeños fallos y practicar la empatia.
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