Transcripción Evita las declaraciones negativas
La comunicación negativa suele apoderarse de muchas relaciones familiares y pasa desapercibida durante el proceso educativo en el hogar.
Nuestros hijos son los más vulnerables a sufrir las consecuencias de estos errores de actitud. Ya que están en su etapa de inocencia, necesitamos ser cuidadosos con el tipo de información que les proyectamos.
En la mayoría de los casos nos preguntamos cómo detectarlo y proponernos cambiar el mal hábito de expresarnos en negativo. La negatividad comunicativa puede tener un efecto a largo plazo en los jóvenes, principalmente al momento de enfrentarse a retos de difícil solución.
Llamado de atención.
Las actitudes negativas suelen poseernos en momentos donde no tenemos la suficiente reciprocidad de atención con nuestros hijos, y no estamos guiándole de la manera correcta. Cuando intentamos alzar la voz para ser escuchados condicionamos un ambiente de exaltación y los jóvenes lo pueden percibir, provocando una irreverencia de carácter típico de la edad.
Esta aún no es una declaración negativa, pero comienza desde la actitud. ¿Si vemos lo contrario y mantenemos una actitud calmada? Debemos siempre recordar que los jóvenes están en un proceso de cambio constante en su campo de aprendizaje, es necesario tener paciencia en esperar su respuesta.
Sentimiento de culpabilidad.
Las declaraciones negativas, respecto a un suceso en el cual nuestros jóvenes necesitan una corrección, pueden desencadenar el sentimiento de culpabilidad. Comprendemos que aún no han entendido nuestra necesidad de comunicar mejores formas de hacer las cosas. Hacerles sentir responsables sobre sus errores vuelve latentes la culpabilidad por aceptar o no la corrección. Buscamos que capten el mensaje como una sugerencia y no como una orden que les limita su espontaneidad.
La amenaza.
No es nunca recomendable declarar a nuestros hijos una corrección donde se sientan amenazados por nuestra imposición de orden. Mostrar a los niños señales de amenaza activa en ellos un estado de advertencia que es asumido como innecesario e irrelevante para su aprendizaje.
Un joven rebelde tomaria la alusión de amenaza enfrentándose con su carácter hacia nosotros. A esto podemos llamar una respuesta desfavorable para el lazo empático de paternidad. Los niños se enfrentan a su propia emocionalidad, y están en busca de su auto reconocimiento. Si les formamos bajo un ambiente de amenazas desarrollariamos en la personalidad el factor desfavorable del resentimiento y predisposición a nuestro llamado de atención.
Mentir.
Como parte de las actitudes que afectan negativamente el aprendizaje de nuestros hijos, determinamos ocultar información o mentir. La mentira dentro de los fundamentos éticos es considerada un antivalor moral y deteriora la confianza de vinculo estrecho.
Los jóvenes asumen el acto de mentir como modo de supervivencia psicológica, siendo un mal ejemplo para su interacción en los escenarios sociales. Podemos tener en cuenta, para comprender desde fuera, que todos los resultados de la mentira son desfavorables y perjudiciales para la educación famil
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