Transcripción Realizar sugerencias respetando el criterio de tu hijo
Nuestros hijos están en la transición natural de aprendizaje, donde ya tienen un criterio sobre lo que les gusta y lo que no.
Los padres en cambio, desconocemos gran parte de las inquietudes que a ellos les conciernen, y a veces nos planteamos la posibilidad de querer mejorarles la vida con nuestra sabiduria. Asumimos saber cómo se resuelve de raíz su problema y facilitamos soluciones que se alejan de los intereses objetivos de nuestros jóvenes. Llegamos a pensar para ellos qué es lo correcto.
¿De qué forma podemos ayudarles realmente? La mejor opción sería realizar sugerencias respetando su criterio. De esta manera damos la posibilidad de realizar un análisis y tomar por si mismos el camino deseado.
Sobreprotección.
Un factor por el cual no logramos notar el nivel de daño que causamos a nuestros hijos es la sobreprotección. Este mal hábito provoca en los jóvenes una predisposición ante la posible ayuda que deseemos brindar, afectando su capacidad para tomar decisiones en momentos dificiles. Los niños, con la sobreprotección desarrollan fácilmente dependencia emocional y exceso de apego ante las atenciones que les damos. Muchos pueden refugiarse en la necesidad de aprobación de otros para alcanzar sus metas.
Buenas intenciones.
Como padres contamos con la mejor de las intenciones para establecer una correcta comunicación con los pequeños, ignorando la realidad que a ellos interesa. Ponemos de lado sus interrogantes cuando, definiendo lo mejor adultamente, no escuchamos lo que tienen que decir. ¿Cuán involucrados estamos en sus intereses? Es claro que no nos acercamos a lo que sienten si les tratamos como incapaces de ser responsables. La mayor parte de las buenas intenciones acaban por limitar su capacidad de libre decisión y voluntad.
Comprender su ideal.
¿Cómo logramos apoyarles si no comprendemos su ideal? Los niños, al igual que todas las personas, tienen para si pequeños objetivos inconscientes o impulsos que les satisface una vez logrado, ya sea ayudar en el jardín o escalar a lo alto de un tobogán.
Estos pueden representar para ellos logros importantes en su comprensión, y los adultos solemos alejarnos hacia necesidades de responsabilidad más complicada como el orden interior o las tareas de la escuela. Les apoyamos desde el momento en que nos ocupamos de conocer qué quieren conseguir. Podemos inducir acciones para ellos, pero no suponer.
Sugerir.
¿Cómo podemos guiarles mediante sugerencias? La inteligencia infantil es subestimada por los adultos hasta el punto de imaginar que estamos en lo correcto, puede ser, pero no siempre es lo que desean. La mejor vía de guiarles es mediante sugerencias que estén a la altura de sus necesidades, utilizamos palabras como “tal vez”, “quizás”, “esto puede ayudar”.
Nuestra tarea sería sugerirles, monitorearles o servirles de consulta para sus dudas. Si deseamos que tomen nuestra opinión, lo primero es respetar su criterio y decisión. Debemos dejarles reconocer que puede ser mejor con el recurso desde nuestra perspectiva, pero la acción parte de ellos.
Ofrece la ayuda necesaria.
El mayor reto para nosotros como padres es lograr que los hijo
sugerencias