Las cuatro d de la psicopatología
La psicopatología, como disciplina que investiga y clasifica los trastornos mentales, utiliza diversos enfoques para comprender la complejidad de la mente humana. Entre estos enfoques, las "Cuatro D" —Disfunción, Distress, Deviance y Peligro— proporcionan un marco conceptual valioso para evaluar la presencia y la gravedad de los trastornos psicológicos.
Esta sesión explorará cada una de las Cuatro D, cómo se aplican en el contexto de la psicopatología infantil y cómo guían la comprensión y el abordaje de los desafíos psicológicos que enfrentan los niños.
Disfunción
La primera "D" se refiere a la disfunción, señalando la interrupción o el mal funcionamiento en los procesos psicológicos, cognitivos o emocionales. En el contexto infantil, la disfunción puede manifestarse de diversas maneras, desde dificultades en el rendimiento académico hasta patrones de interacción social inusuales.
Por ejemplo, un niño que lucha constantemente con el autocontrol emocional o experimenta cambios abruptos en el rendimiento escolar puede exhibir signos de disfunción.
La evaluación de la disfunción infantil implica considerar el desarrollo típico de habilidades y comportamientos para la edad del niño. Las discrepancias significativas entre el niño y sus pares, así como un deterioro en el funcionamiento diario, son indicadores clave de disfunción.
La identificación temprana de estos patrones es esencial para intervenir de manera efectiva y abordar los desafíos antes de que se intensifiquen.
Distress
La segunda "D" se refiere al distress, o malestar psicológico. En el contexto infantil, el distress puede expresarse a través de emociones intensas, ansiedad, tristeza persistente o cambios en el estado de ánimo. Es crucial reconocer que, al igual que los adultos, los niños pueden experimentar malestar psicológico significativo, y la expresión de este malestar puede variar según la etapa del desarrollo.
La evaluación del distress infantil implica considerar la duración, intensidad y frecuencia de las emociones negativas. La observación de cambios en el comportamiento, como la retirada social, el rechazo de actividades previamente disfrutadas o problemas de sueño, puede indicar la presencia de distress.
Los profesionales de la salud mental infantil utilizan técnicas especializadas, como la entrevista lúdica y las escalas de evaluación emocional adaptadas a la edad, para comprender y abordar el malestar emocional en los niños.
Deviance
La tercera "D" se centra en la deviance, o desviación del comportamiento socialmente aceptado. En el contexto infantil, la deviance implica la observación de patrones de conducta que se apartan significativamente de las expectativas normativas para la edad y el entorno cultural del niño. La identificación de la deviance requiere un entendimiento claro de las normas sociales y de desarrollo.
La evaluación de la deviance en niños implica discernir entre comportamientos normales de desarrollo y aquellos que indican problemas subyacentes. Por ejemplo, ciertos comportamientos oposicionales son normales en la infancia, pero si estos se vuelven persistentes y afectan el funcionamiento diario, podrían indicar problemas más profundos.
La evaluación multidimensional, que considera factores biológicos, ambiental
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